Los bomberos desalojan 120 casas del Ivima al caer un falso techo
Los desperfectos afectan a 57 viviendas, todas acabadas en 1998
Nuevos problemas en los pisos que el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) entregó en 1998 en la calle de Timanfaya (Moratalaz). Si a finales del año 2000 los vecinos se quejaban de que el patio se convertía en una piscina cuando llovía, los inquilinos de estas viviendas de alquiler pasaron la madrugada de ayer fuera de sus casas por los problemas que presentaban los techos de sus casas. Un fallo en las bovedillas, que afectó a 57 pisos, obligó a los bomberos a revisar las 120 viviendas del inmueble.
Los problemas comenzaron sobre las cinco y media de la tarde del lunes, cuando un vecino del tercer piso se encontró con que se le había caído parte del falso techo y avisó a los bomberos. Éstos comprobaron que las bovedillas de varias habitaciones estaban sueltas y sólo se sujetaban por yeso, con el consiguiente peligro de caída. 'Cuando entré en la habitación, vi que había un cascote encima de la cama. ¡Menos mal que no estaba acostada, que si no me mata!', señaló ayer una vecina.
Los bomberos sanearon esas habitaciones y retiraron los escombros. Entonces, otros vecinos que también sufrían el mismo problema pidieron que los bomberos les revisaran sus viviendas. Al ver que era el riesgo de desprendimiento era idéntico en el resto de viviendas, avisaron a los arquitectos y técnicos del departamento de Control de la Edificación, dependiente de la Gerencia Municipal de Urbanismo. 'Por más que nos hemos manifestado para que nos arreglasen los desperfectos, siempre nos han ignorado. ¿Con qué nos sorprenderá la próxima vez?', se preguntaba otro vecino.
Los técnicos y operarios de Control de la Edificación hablaron con los vecinos y decidieron trabajar toda la noche para arreglar los desperfectos que sufría el edificio. Retiraron todas las falsas bovedillas que estaban afectadas. 'Estos defectos pueden deberse a la humedad o al paso del tiempo', señaló el jefe del departamento, Fernando Macías.
Golpes de madrugada
Los técnicos municipales comprobaron que la estructura del edificio no había resultado dañada. 'Les hemos causado graves molestias, porque han tenido que pasar toda la noche en vela, ya que los obreros no paraban de dar golpes en las casas para quitar las bovedillas dañadas, pero lo han preferido a tener que salir de sus casas y pernoctar en otros lugares', añadió Macías. Los operarios tardaban una media hora en retirar las partes defectuosas y dejar a la vista los techos de las casas.
Una portavoz del Ivima señaló que el coste de las reparaciones será asumido por la compañía aseguradora. La reforma durará un mes, según los primeros cálculos. El portavoz del PSOE en la Asamblea, Pedro Sabando, pidió la dimisión del gerente del Ivima, Juan José Franch, ya que, en su opinión, 'se ha cruzado de brazos' ante los problemas del inmueble.
De hecho, los vecinos organizaron tal protesta durante una intervención del consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, en la Asamblea, que lograron que el presidente de la Cámara, Jesús Pedroche, suspendiera el pleno el 1 de febrero de 2001. Entre los desperfectos denunciados destacan que las puertas no cierran, que por las ventanas se cuela el agua y que el patio central se convierte en un lago cuando llueve.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.