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El Foro Económico Mundial sitúa a España entre los países menos competitivos de la UE

El informe desvela que sólo las empresas de Portugal y Grecia se desenvuelven en peor entorno

Un informe del Foro Económico Mundial coloca a España en uno de los peores puestos de la Unión Europea en competitividad microeconómica, un índice que mide la calidad del entorno empresarial y profesional en que se desarrollan las empresas. El estudio coloca a España en el puesto número 25 dentro de los 80 países estudiados, por detrás de todos los socios de la Unión Europea, menos Portugal y Grecia.

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El Foro Económico Mundial elabora desde 1979 el Informe sobre Competitividad Global a partir de estadísticas oficiales. Este año, además, ha preguntado a más de 4.800 directivos empresariales de todo el mundo sobre la situación de sus países. El estudio analiza la situación económica de 80 estados y se centra en dos indicadores Por un lado, el índice de competitividad microeconómica (MICI por sus siglas en inglés), que mide la calidad del desarrollo empresarial actual, y que deja a España en el tercer peor puesto de la Unión Europea, sólo por delante de Portugal y Grecia (Luxemburgo no entra en el estudio). El otro es el índice de crecimiento de competitividad (GCI), que mide la proyección del crecimiento en el plazo de 5 a 8 años y que depende fundamentalmente de la estabilidad macroeconómica. Con este último indicador, la economía española queda en el puesto número 22, y supera a otros de su entorno como Francia, Bélgica, o Italia.

El MICI analiza dos variables principalmente: la eficiencia y productividad de las empresas y el entorno empresarial que las rodea. Entre los datos que recoge figuran la calidad de las escuelas de negocio, la inversión empresarial, la efectividad de las leyes societarias o las tasas de paro de cada país. España no ha podido rebasar este año la posición que ocupaba el año pasado, aunque los datos no son comparables, ya que no figuran los mismos países en ambos ejercicios.

El segundo (GCI) investiga el nivel de tecnología que posee el país, la eficacia de su Administración y sus reglas macroecónómicas (política fiscal y monetaria), para tratar el nivel de competitividad de cada país en el medio y largo plazo. Alguno de los aspectos investigados son el acceso a los créditos, la tecnología utilizada en las empresas o la colaboración entre la universidad y el mundo laboral. Dentro de los puntos estudiados por ambos índices que dejan a España en peor posición, están algunos referentes a la actividad pública, como los obstáculos regulatorios a la actividad empresarial, el favoritismo en las decisiones gubernamentales o el gasto público. En cambio, la tasa de interés, el acceso al crédito o las reservas bancarias líquidas, sitúan a la economía entre las primeras de los 80 países estudiados.

Otro de los datos que resalta es que Estados Unidos recupera el liderazgo en competitividad mundial, después de ser superado por Finlandia en 2001. Para el responsable del servicio económico del Foro, Peter Cornelius, la recuperación estadounidense se debe a su política de flexibilidad monetaria y las medidas fiscales adoptadas tras los atentados del 11-S.

La situación de las diferentes áreas económicas mundiales y su posición para superar la actual crisis es también objeto de análisis. En el caso de la UE, uno de los expertos asegura que 'a corto plazo, una estrecha política monetaria parece menos adecuada para ayudar a la recuperación, y el Pacto de Estabilidad limita severamente la capacidad de maniobra. A largo plazo, la receta más adecuada pasa por hacer las economías europeas más flexibles'.

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