El presidente sin 'delfín'
Castillejo afirma que su patrimonio es producto de donaciones y que sus ingresos van a obras de caridad
El origen del amplio patrimonio del presidente de Cajasur, el sacerdote Miguel Castillejo, de 73 años, procede de distintas donaciones. Sus ingresos van destinados principalmente a obras de caridad o a la fundación que lleva su nombre. Y su continuidad es imprescindible en la caja porque carece de 'delfín' pese a los 25 años que lleva al frente de la entidad cordobesa ya que no hay ningún sacerdote preparado para cumplir la tarea de dirigir esta caja, fundada por la Iglesia católica.
Estos son algunos de los mensajes que Castillejo lanzó el pasado fin de semana a los trabajadores de Cajasur (2.180 en 2001), ante quienes ha intentado justificar la póliza de seguro de vida suscrita por la caja que le permitirá percibir una renta vitalicia. Pero Castillejo no sólo se limitó a intentar aclarar este aspecto, sino otros como sus propiedades y el destino final de las remuneraciones que percibe de la caja.
Castillejo citó entre el sábado y el domingo a los empleados, que fueron divididos en tres grupos, en el Paraninfo de la Universidad de Córdoba. La convocatoria se produjo el viernes a través de un correo electrónico enviado por la dirección de la caja. En estos actos, exclusivos para los trabajadores, Castillejo se hizo acompañar por el comité de dirección de la caja, casi una treintena de ejecutivos.
La voz cantante la llevaron en todo momento el presidente y el director general de la entidad, Francisco Jurado, al que le tocó el papel de atizador de los políticos de PSOE e IU que han cuestionado la moralidad de esta póliza millonaria, que le ha supuesto a Cajasur un desembolso de 2,9 millones de euros.
Pese al chaparrón de críticas que le están cayendo, Castillejo intentó proyectar una imagen de control de la situación, amparándose en los informes jurídicos que ha encargado y que avalan la legalidad de que Castillejo perciba una renta vitalicia cuando deje la caja. Además, dijo sentirse seguro porque goza del respaldo de la Conferencia Episcopal, aunque ésta ha evitado pronunciarse todavía en la polémica, silencio que las distintas fuentes consultadas interpretan en un sentido muy diferente a las afirmaciones de Castillejo.
El presidente de Cajasur redujo toda la polémica a un ataque de la Junta de Andalucía, de acuerdo con algunos medios de comunicación (algún directivo citó a EL PAÍS), por la aprobación de la Ley Financiera, que despoja al Gobierno autonómico de las principales competencias sobre la entidad cordobesa por su peculiaridad de ser fundada por la Iglesia católica.
Castillejo hizo hincapié en que su continuidad como presidente es imprescindible, toda vez que él debe pilotar la aplicación de la Ley Financiera, la aprobación de los nuevos estatutos de la entidad y garantizar el peso de la Iglesia en los órganos de gobierno de la caja.
También recalcó que su patrimonio es producto de algunas donaciones o herencias. En este sentido, apuntó que sus ingresos van a la Fundación Miguel Castillejo y que donde no llega la obra social de la caja, llega el dinero de esta fundación. Aquí dijo que uno de los amplios pisos que tiene en una zona céntrica de la capital será la sede de la fundación que lleva su nombre. Y argumentó también que sus ingresos están destinados a determinadas obras de caridad.
Castillejo se mostró seguro de salir indemne de esta polémica y destacó que cuando ésta termine habrá depuración de responsabilidades en la caja.
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