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El sector del butano exige al Gobierno una mayor liberalización

Repsol YPF aún controla el 90% del mercado a pesar de que se abrió hace cuatro años

Fernando Gualdoni

Los distribuidores de butano y Cepsa reclaman al Gobierno que apruebe urgentemente el nuevo reglamento del sector, que lleva cuatro años de retraso, para incrementar la competencia. A pesar de que el mercado se liberalizó hace cinco años, Repsol YPF aún tiene el 90% de cuota, frente a un 7% de Cepsa. Los distribuidores quieren poder vender bombonas de todas las marcas y eliminar los contratos exclusivos con suministradores para desmantelar el 'monopolio', y Cepsa, un precio libre. Repsol dice que su eficiencia y el escaso margen por los precios regulados desalienta la entrada de nuevos operadores.

El mercado del butano tiene 14 millones de usuarios en España, y Repsol YPF controla el 90%, seguida muy de lejos por Cepsa, que entró en este negocio hace cinco años, con un 7%. Hay 798 agencias de distribución de gases licuados del petróleo (GLP), muchos independientes y los demás aglutinados en tres agrupaciones: Asociación Española de Empresas Distribuidoras de Gases Licuados del Petróleo, Federación y GLP 2000. La primera se proclama la más representativa, con 453 distribuidores, y está enfrentada abiertamente a Repsol YPF.

La nueva normativa del sector de gases licuados del petróleo (butano y propano) debió aprobarse después de la sanción de la Ley de Hidrocarburos de 1998, pero, como ha sucedido en general en el mercado energético español, una mayor apertura no se ha producido hasta el estallido de una crisis como sucedió con los carburantes.

La Asociación de Distribuidores avisa de que actualmente hay peligro de desabastecimiento 'si no se desmantela el monopolio de Repsol'. Su director general, José Eduardo Escudero, pone el caso de Soria como ejemplo: 'En enero pasado, en pleno invierno, mucha gente se quedó sin butano debido a que el distribuidor local renunció a su actividad ante las dificultades económicas que tenía para prestar el servicio, y fue reemplazado por uno de Benabarre (Huesca), a 313 kilómetros, que no contaba con capacidad logística ni medios para hacer el reparto'. Escudero achaca la salida del negocio del repartidor de Soria a los contratos abusivos que Repsol YPF impone a los distribuidores.

El pasado 23 de octubre, a raíz de una denuncia presentada por la Asociación, el Tribunal de Defensa de la Competencia impuso a Repsol YPF una multa de 1,5 millones de euros porque la petrolera había obligado a los distribuidores a realizar labores de revendedores al tiempo que les imponía contratos de exclusividad, impidiendo que ofrecieran bombonas de otras marcas. Repsol dice en su defensa que esos contratos ya no están en vigor en el 80% de los casos. El nuevo contrato aún debe ser autorizado por Competencia.

La Asociación asegura que el mercado del butano debe cambiar por completo si se quiere que sea competitivo. Los distribuidores prevén reunirse próximamente con el secretario de Energía, José Folgado, y con Pedro Meroño, presidente de la Comisión Nacional de Energía (CNE), para exponer los puntos que, según ellos, debe contener el nuevo reglamento en estudio. Los butaneros, respaldados por un informe de la CNE, quieren que el reglamento favorezca la intercambiabilidad de envases y anule la necesidad del contrato entre suministrador y usuario. Quieren además que obligue a los operadores al por mayor a disponer siempre de envases llenos para los comercializadores y a que se sustituya la exclusividad por la comercialización independiente.

El reclamo de los distribuidores coincide casi plenamente con la opinión de la CNE, que constató que, 'a pesar de que el mercado de los GLP se encuentra liberalizado, el escenario en el que se desenvuelve dista del que correspondería a un mercado en competencia efectiva. La gran concentración empresarial, con prácticamente una única empresa verticalmente integrada, muy eficiente y con unos precios máximos muy ajustados de venta al público fijados administrativamente para el caso del GLP envasado, ha motivado que la entrada de nuevos participantes en el mercado sea lenta, cuando no inviable'.

Repsol YPF sostiene que 'las barreras de entrada al mercado del butano no se deben a cuestiones legislativas, sino a que la petrolera es altamente eficiente en la prestación del servicio y más aún si se tiene en cuenta que actúa en un mercado de precios regulados'. 'Y es que además la bombona se vende en España a mitad de precio en comparación con el resto de Europa. Ambos factores, la eficiencia y el precio, imposibilitan la entrada de nuevos operadores', añade Repsol.

Cepsa, por su parte, cree que el fin del monopolio de Repsol YPF sólo es posible si el nuevo reglamento del mercado del butano es muy claro al definir la figura del comercializador minorista y de desarrollar canales alternativos de venta (hipermercados, gasolineras, tiendas). También se debe facilitar, cree Cepsa, el cambio de suministrador eliminando el contrato de exclusividad y liberalizar el precio, aunque sea de forma paulatina. Por su parte, Severino García Vigón, presidente de GLP2000 y representante de los distribuidores en la CNE cree que la clave de la apertura está en la liberalización del precio y no tanto en la relación entre distribuidor y operador.

Repsol gana 18 pesetas netas por cada kilo

La Asociación de Distribuidores sostiene que, 'si se produce una mayor apertura del sector, la bombona puede llegar a costar entre un 15% y 20% menos al consumidor, aun cuando se mantengan los precios máximos'.Escudero explica que 'el margen bruto medio que Repsol ha estado percibiendo desde 1998 ha sido de 47,41 pesetas por kilo [cada bombona de butano contiene 12,5 kilos]. Si a este margen se le descuenta la comisión percibida por el distribuidor, que desde diciembre de 1998 se ha mantenido en 18,8 pesetas por kilo, resulta un margen para Repsol Butano de 28,61 pesetas por kilo', añade. 'De este margen, la petrolera debe descontar unas diez pesetas de costes de transporte y envasado, por lo que su beneficio neto es de 18 pesetas. Como Repsol YPF ha subido sistemáticamente los precios hasta los máximos fijados independientemente de si la materia prima bajaba o no, ha aumentado su margen de beneficio, puesto que jamás ha subido la comisión de los distribuidores. Es decir, que, si se encarece el gasóleo, por ejemplo, el distribuidor es el que asume ese coste extra, no Repsol, y reto a la compañía petrolera a que me desmuestre lo contrario', concluye.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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