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La industria española de telecomunicaciones registrará en 2002 el peor año de su historia

Una encuesta a los fabricantes revela que el mercado caerá un 31% en este ejercicio

Ramón Muñoz

La industria de las telecomunicaciones en España atraviesa momentos críticos. Según una encuesta realizada por la patronal Aniel con los datos facilitados por todas las empresas del sector, el mercado interno va a registrar una caída del 31% este año, con unas ventas de 3.804 millones de euros. Esa mala evolución se reflejará también en los empleos del sector, que se reducirán hasta los 12.762 trabajadores, un 33% menos que en 2001. La patronal estima que la salida a la crisis pasa por que el Gobierno abandone el intervencionismo en los precios y apoye el despliegue de infraestructuras.

El parón inversor de las operadoras, tanto de telefonía fija como de móviles, el debilitamiento del esfuerzo en proyectos de investigación y desarrollo (I+D), la caída de las exportaciones y, en general, la poca confianza del sector en una pronta recuperación han provocado que el sector industrial español de las telecomunicaciones se encuentre en una crisis sin precedentes, con una caída histórica de las ventas, de los resultados y del empleo en 2002.

Ésta es la conclusión de la encuesta realizada por la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones (Aniel), que ha recabado datos procedentes de todas las empresas del sector y que se cerró en este mes de octubre. De acuerdo con esos datos, el mercado interno de fabricantes de equipos de telecomunicaciones registrará en el conjunto del año un valor de 3.804 millones de euros, un 31% menos que el ejercicio anterior. La importancia de la caída es mucho más relevante si se tiene en cuenta que 2001 fue también un mal ejercicio, con un retroceso del mercado del 13,6%.

Además, según revela la encuesta, apenas hay dispersión entre los datos facilitados por los distintos fabricantes, es decir, que la caída de facturación ha afectado a todas las empresas casi por igual, sin que ninguna se salve de la quema.

Freno a las infraestructuras

La disminución ha sido especialmente dramática en el gasto en infraestructuras, que caerá un 44%, hasta los 2.484 millones de euros. Sólo el crecimiento de un 25% en la venta de terminales, segmento que se va a recuperar este año (1.320 millones de euros) tras el mal ejercicio de 2001, ha impedido que las cifras conjuntas del sector sean aún peores.

Esa caída de las ventas también va a tener un reflejo dramático en el empleo. El número de trabajadores que emplea el sector se reducirá hasta los 12.762 frente a los 19.024 con que cerró el año pasado, es decir, un descenso del 33%. Si se une esta caída a la que sufrió el sector en el año anterior, la evidencia de la crisis se hace palpable. Las plantillas de los fabricantes de equipos se han reducido casi a la mitad, puesto que a finales de 1999 empleaban a 21.769 personas.

Estas malas cifras responden en parte a la crisis mundial del sector, aunque la gravedad es mayor en el caso español por una serie de causas diferenciales, según el análisis realizado por Aniel.

Entre esas causas figura el sistema de precios máximos -afecta a la cuota de abono y a las tarifas- impuesto por el Gobierno a Telefónica, que ha provocado una caída de las tarifas en los últimos años, beneficiosa para el control de la inflación general, pero muy perjudicial para las operadoras. Éstas han visto estrecharse al mínimo sus márgenes comerciales, con lo que han reducido la inversión, y por tanto, los pedidos a los fabricantes.

'El Gobierno debe entender que no puede utilizar permanentemente las tarifas telefónicas para rebajar la inflación, ya que el origen del alza de los precios está en otros sectores, y lo único que se está produciendo es un trasvase de fondos hacia esos sectores que sí son abiertamente inflacionistas', afirma el presidente de Aniel, Jesús Banegas.

Desde Aniel se apunta también la presión fiscal diferencial que sufre el sector, cuyo último capítulo ha sido el nuevo impuesto de actividades económicas (IAE) que deben afrontar a partir del próximo año las compañías de telefonía móvil y que, según los cálculos de la patronal, supone multiplicar por 12 la actual tasa.

Un soplo de confianza

La patronal estima que la principal receta para salir de esta crisis es dar confianza al sector, y esa confianza pasa, según su análisis, por aplicar medidas como eliminar el intervencionismo en los precios y que el regulador (la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones) se limite a garantizar que funcione adecuadamente la competencia.

En este sentido, Banegas señala que dicho intervencionismo en precios, que lleva, por ejemplo, a procurar tarifas planas para servicios con costes variables, frena la entrada en el mercado de las empresas innovadoras, ya que los avances tecnológicos no se ven recompensados adecuadamente.

Otra de las medidas que se exigen desde Aniel es la necesidad de estabilidad regulatoria, incluyendo la fiscalidad que pesa sobre el sector, y una decidida apuesta por eliminar la barrera de despliegue de infraestructuras. En este sentido, uno de los problemas que más preocupan al sector es la creciente dificultad para el despliegue de antenas de telefonía móvil, agravada por los temores a que esas antenas sean perjudiciales para la salud. Tales obstáculos, según Aniel, no sólo están afectando negativamente al servicio al disminuir la cobertura para los abonados, sino también a los fabricantes. Éstos suministran las infraestructuras a los operadores y están viendo cómo caen los pedidos. El retraso en la implantación de la telefonía móvil de tercera generación (UMTS), que permitirá el acceso rápido a Internet a través del móvil, también se ha sumado a la crisis general. Las fuertes inversiones acometidas por las operadoras para adquirir las licencias de UMTS están lastrando su situación financiera.

Los últimos de la cola

Las telecomunicaciones tienen mucho potencial de crecimiento en España, puesto que, según los datos que maneja Aniel, el país está a la cola en la mayor parte de las magnitudes que miden el avance en la sociedad de información y, además, en los últimos años se ha alejado de la convergencia con la media europea. Así, la densidad telefónica, medida por número de líneas fijas y móviles por cada 100 habitantes, es de 109 líneas, en el último lugar de los países de la UE. La penetración de líneas fijas (43,1 por cada 100 habitantes) sitúa a España sólo por delante de Portugal, y en móviles (65,5%), únicamente Francia está por detrás. En cuanto a Internet, según datos de 2000 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el número de usuarios conectados a la Red (18,3 por cada 100 habitantes) es el más bajo de Europa, con la excepción de Grecia. Tampoco la penetración de ordenadores personales deja a España en buen lugar, ya que sólo 17 de cada 100 habitantes poseen un PC en su casa, frente a la media europea, que se sitúa en 30. La balanza comercial del sector también ha sufrido un vuelco en las últimas dos décadas, hasta alcanzar un déficit de 3.302 millones de euros en 2001, frente a países como Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, que arrojan amplios superávit.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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