Una lección sobre el qué y el cómo

Entre orquesta y orquesta, el ciclo de Ibermúsica nos ofrece recitales de figuras significativas. Esta vez hemos vuelto a escuchar a Midori, la sensible y refinada violinista japonesa, cuyo nombre completo es Goto Mi Dori, nacida en Osaka el año 1971. Colaboró con ella en un programa de Sonatas el pianista norteamericano Robert McDonald, y el dúo hace los géneros de cámara con primorosa perfección.

La muy bella Sonatina en sol, op. 100, de Dvorak, que data de 1893, esto es, el año de la Sinfonía del nuevo mundo, sigue viva en su fluir fresco en la melódica y su interés en el plan armónico sirvió de pórtico a un autor, también checo, apenas conocido entre nosotros, Erwin Schulhoff (Praga, 1894), muerto en 1942 en el campo de concentración de Wülzburg, Baviera. Recuerdo que Adolfo Salazar, en 1931, se refería a este autor que, desde cierta influencia expresionista y mucho más cierto seguimiento del 'jazzismo' al modo de 'los Seis' de París, arribó a las playas del realsocialismo con partituras tal como la cantata Manifest, sobre Karl Marx (1932). El año anterior estrena en Oxford, desde donde escribe Salazar, el 'ballet' La sonámbula, que montó la troupe de Milca Mayerova, de Praga. La sonata número 2 muestra un buen 'saber hacer' dentro de un objetivismo que no desdeña la expresión filorromántica resuelta con originalidad, que el espléndido dúo Midori-McDonald nos hizo llegar con meridiana claridad y ricas vibraciones humanísticas.

Precedida por la Sonata en sol kv 301, de Mozart, una de esas creaciones en las que el genio del salzburgués se revela en su esencia, tuvimos la Sonata en mi bemol, op. 18, de Richard Strauss (Múnich, 1888), formidable anuncio de lo que iba a ser la fuerte personalidad del compositor de Don Juan, poema prácticamente coetáneo de la Sonata.

Toda la actuación de Midori, rica de sutileza, suavemente poética en su sonido, rigurosa en el pensamiento y su exteriorización, tuvo respuesta identificada en el pianista McDonald para que asistiéramos a una auténtica 'lección magistral sin palabras' sobre el qué y el cómo de la música camerística. El éxito fue resonante.