Aranjuez pide un informe jurídico para determinar la propiedad de una carretera

Son apenas 2,5 kilómetros de carretera, pero son tierra de nadie. Se trata de la carretera que une Aranjuez con el municipio toledano de Ontígola. Una vía entre Madrid y Castilla-La Mancha que se encuentra en mal estado de conservación, a pesar de que es utilizada por cientos de personas todos los días.

La mayoría son vecinos de una gran zona residencial situada en el límite entre comunidades, pero en zona toledana, que por otra parte trabajan, estudian o acuden a Aranjuez, donde siguen empadronados. Llevan años denunciando la peligrosidad de una vía estrecha, sin arcenes, que se inunda en días de lluvia, sin señalizar, con curvas cerradas y sin visibilidad. Una situación que provoca continuos accidentes. Su petición de que se arregle choca con una peculiar situación administrativa. La carretera, al día de hoy, no tiene dueño que se haga cargo de ella.

La Comunidad negó que fuera competencia suya hace años, al considerarla una vía agraria, y el Ayuntamiento ribereño insiste en que una carretera interprovincial no puede ser responsabilidad suya.

Por eso, el pleno de Aranjuez aprobó por unanimidad hace casi un año encargar a los servicios jurídicos que investigaran el caso, sin que hasta el momento se haya llegado a ninguna conclusión. El PSOE pide que se arregle ya y que se pase la factura a quien corresponda cuando se encuentre al dueño, pero el gobierno municipal, del PP, se niega. Mientras, los vecinos están recopilando información casa por casa para saber con exactitud cuántos de ellos han sufrido percances en esta peculiar carretera.

Camino histórico

La vía está situada en el extremo sur de Aranjuez y atraviesa la reserva natural de El Regajal-Mar de Ontígola. Es un camino histórico que ya estaba pavimentado, eso sí, en tierra prensada, en tiempos antiguos, dado que el embalse del Mar de Ontígola servía de recreo a los reyes y la corte, que en muchas ocasiones, además de alojarse en el Real Sitio, también lo hacía en Ontígola, dada su próximidad (3 kilómetros). La vía se asfaltó por primera vez en los años setenta, cuando era un camino poco transitado. Con el tiempo y debido a su mal estado, la Diputación Provincial de Toledo arregló el escaso medio kilómetro de su competencia. Pero el tramo incluido dentro del término municipal de Aranjuez, perteneciente a Madrid, se quedó tal cual.

Tras décadas de uso, transitar por la carretera es casi una aventura. Sobre todo desde que hace unos 15 años se empezó a construir un gran barrio residencial que ha llevado a que en esa zona vivan miles de personas. Los cientos de chalés construidos están en la misma línea fronteriza, pero en terreno castellano-manchego, donde el suelo es más asequible y el precio de la vivienda es entre un 30% y un 40% más barato.