Dos nacionalismos distantes

'Nuestro modelo es el bueno'. Lo dijo el presidente de la Generalitat de Cataluña durante el debate de política general del Parlamento autonómico, celebrado los pasados 1 al 3 de octubre. Jordi Pujol se refería al modelo autónomico catalán, del que su formación ha sido motor importante durante 23 años de Gobierno. Convergència i Unió (CiU) siempre ha presumido de que la convivencia y la ausencia de confrontación social son los cimientos sobre los que levanta su edificio nacionalista.Y en esos principios y tradición se inspira también la propuesta de autogobierno lanzada anteayer por el candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas.

Es una visión ahora mismo muy distinta de la del Partido Nacionalista Vasco (PNV), tal como manifiestan las propuestas lanzadas por los nacionalistas hegemónicos en ambas comunidades. Las distancias entre CiU y PNV siempre han sido importantes.

El nacionalismo moderado catalán participó activamente en la redacción de la Constitución, en cuyo referéndum votó afirmativamente. El PNV se abstuvo en la consulta popular sobre la Carta Magna y siempre hasta ahora ha sostenido que su Constitución, su pacto de Estado, era el Estatuto de Gernika.

Y es que España siempre ha entrado, aunque de forma instrumental, en los planes de CiU. Prueba de ello es que el propio Mas en su propuesta sugirió que si su proyecto estatutario era validado por las dos principales fuerzas políticas españolas -PP y PSOE- se plantearía la entrada en el Gobierno central. Y contrariamente al plan de libre asociación que defiende el lehendakari, Juan José Ibarretxe -que contempla poder prescindir de la aprobación de las Cortes Generales-, en CiU tienen claro que el nuevo Estatuto de autonomía debe seguir lo previsto en la Constitución.

Ese conjunto de elementos hicieron que ayer el Gobierno de Aznar juzgase de forma muy distinta la propuesta de CiU respecto a la del PNV. La de Mas no ha causado la preocupación que motivó la de Ibarretxe. En primer lugar por el contenido. En ningún momento Mas ofrece la posibilidad de ruptura con el Gobierno central, lo que sí hace Ibarretxe en su propuesta soberanista si no hay acuerdo con las instituciones centrales, informa Luis R. Aizpeolea. El ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, situó la propuesta de Mas en clave electoral, en la necesidad de CiU de desmarcarse ideológicamente del PP a sólo un año de las elecciones catalanas y después de una larga legislatura de colaboración total en el Parlamento autonómico. Para el Gobierno, la sangre no llega al río. Prueba de ello es que no se plantea en ningún momento romper el apoyo del PP a CiU con el argumento de que la propuesta de Mas no es para esta legislatura.

Fue esta misma la posición que ayer mantuvo el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, en una breve intervención en la que se limitó a señalar: 'Es verdad que CiU no ha hecho cosas absurdas, como está haciendo en este momento el PNV'. Rajoy ve incluso posible la reforma del Estatuto que demanda CiU, porque respeta las 'reglas de juego'.

El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Rafael Caldera, juzgó la propuesta de Mas como una 'escenificación para distanciarse del PP en periodo electoral'.