'Overbooking' convergente
Militantes de CiU abarrotan la conferencia de Mas, a la que asistió una notable representación social
A las seis de la tarde, casi dos horas antes de que se iniciara la conferencia mitin de presentación de Artur Mas, dos autocares de las lejanas comarcas del occidente catalán daban vueltas alrededor del Palacio de Congresos de Cataluña. Los militantes de Convèrgencia que viajaban en el convoy tenían que hacer tiempo y algunos de ellos debían luchar heroicamente contra una próstata inmisericorde. Y es que CiU quiso poner ayer toda la carne en el asador, movilizar todos los efectivos para garantizar el éxito de la puesta de largo del delfín de Jordi Pujol.
El miedo al horror vacui provocó un auténtico overbooking en la sala de actos. Los militantes llenaban buena parte del patio de butacas e incluso de los palcos laterales destinados a la prensa. En las primeras filas, todo el Gobierno catalán. Un poco más atrás, una notable representación del empresariado catalán: Salvador Alemany, consejero de ACESA; Emili Cuatrecasas, presidente de Áreas; Juan Echevarría Puig, ex presidente de Nissan; Rafael Español, presidente de La Seda; Pedro Fontana, director general del BBVA en Cataluña; Ricard Fornesa, presidente de Aguas de Barcelona; Salvador Gabarró, ex presidente del Círculo de Economía; Antoni Brufau, presidente de Gas Natural; Juan Rosell, presidente de Fomento del Trabajo Nacional; Javier Godó, presidente-editor de La Vanguardia; Josep Manuel Basáñez, presidente de Caprabo, y Lluís Bassat, presidente de Bassat, entre otros. Los sindicatos estaban representados por Joan Coscubiela (CC OO), Josep Maria Álvarez (UGT) y Joan Caball (Unió de Pagesos). Tampoco faltaron a la cita profesionales, deportistas y presidentes de fundaciones como Esperança Martí, Josep Gomis, Josep Maria Dexeus, Enric Masip, José Mari Bakero y Joaquim Barraquer, entre otros.
Los organizadores no quisieron dejar nada al azar y tenerlo todo atado para que el acto fuera un éxito. En la memoria de muchos planeaba cómo la presentación en sociedad de Mas, el pasado mes de enero, resultó un fiasco al salirse Pujol del guión y proferir una de las frases que más fortuna radiofónica ha hecho: '¡Pitas, Pitas! Quiénes se han creído que somos', dijo entonces el presidente en relación con la propuesta de ministerios efectuada por el Gobierno del PP a CiU.
Pujol estuvo ayer en tan discreto segundo plano que ni siquiera hizo uso de la palabra. El nombre del durante 22 años presidente de Cataluña no apareció en los 41 folios del discurso de Mas. Una especie de ensayo prospectivo de cómo será la jubilación política del líder de Convergència i Unió. Y es que ayer la federación presentaba una propuesta de futuro, que -tal como manifestó Josep Antoni Duran Lleida, en su papel de telonero de lujo- no puede recaer sobre las generaciones que han llevado a cabo la transición. La referencia en ausencia a la bestia negra de CiU, Pasqual Maragall, estaba más que clara.
Por eso, ayer se buscó la novedad. El formato de la conferencia mitin resultó innovador. Por una parte, pretendía ser la sesuda presentación de un proyecto de futuro, y por otra tener toques de mitin. La sala estaba a oscuras, mientras la luz de los focos caía sobre el orador. En el patio de butacas se amalgamaban invitados y militantes, una mezcla que contenía a los más enfervorizados seguidores. Quizá lo menos sorprendente fue el contenido del discurso. Estaba cantada la apuesta por ampliar el Estatuto de Autonomía. La educación de Liceo Francés de Mas imponía, por otra parte, una referencia a un heterodoxo sin excesos (Georges Bernanos). La propuesta de nueva ley electoral no dejó de ser llamativa, después de 22 años de Gobierno de CiU y más de una mayoría absoluta.
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