Los granjeros de pollos amenazan con el cierre si no hay acuerdo en el sector
Los criadores de pollos han decidido declarar la guerra a los grandes grupos integradores para lograr un contrato que les garantice unos ingresos mínimos por su trabajo e instalaciones. Tras varios meses de pérdidas, que evalúan en unos 21 millones de euros, los criadores amenazan con bloquear la actividad si no mejoran sus condiciones.
Para el secretario general de UPA, Fernando Moraleda, organización que agrupa a una gran parte de este colectivo, la situación es insostenible como consecuencia de la existencia de unas compensaciones por cría impuestas por las empresas que no cubren gastos. Los granjeros reclaman la firma de un contrato universal de mínimos con las grandes empresas integradoras por el que aseguren los costes de su trabajo. A partir de ese contrato, cada empresa podría articular otros contratos individuales. La negociación de este contrato fue un compromiso asumido por las empresas integradoras en 2001 con motivo de la firma de un acuerdo marco para el sector avícola en el seno del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, a más de un año de esa firma, las integradoras se niegan sistemáticamente a su desarrollo. Para UPA, los granjeros salen siempre perdiendo. En periodos de bonanza, porque los beneficios se quedan en las integradoras; cuando bajan los precios, porque repercuten en ellos los números rojos.
En España, la producción de pollos funciona casi en su totalidad bajo el sistema de integración. Los agentes son por un lado las grandes empresas integradoras y por otro los granjeros que crían los animales. Las integradoras, entre las que destacan Agrovic-Sasa, Uvesa o Avicu, proporcionan a los granjeros los pollitos de varios días, piensos y vacunas. Los 5.000 granjeros que existen en España se encargan de la cría de esos animales asumiendo compromisos mínimos, como una mortalidad no superior al 4% o el engorde en un periodo que si sitúa en unos 50 días para obtener un animal con un peso medio de dos kilos. Actualmente esa compensación por animal oscila entre 0,17 y 0,19 euros por animal, cuando los costes no bajan de los 0,20 euros por kilo. Por su parte, la Asociación Nacional de Productores de Pollos ha solicitado a Bruselas la cláusula de salvaguardia para evitar la entrada masiva de pollos brasileños.
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