Isabel Pantoja viste de copla el Liceo

El Liceo se abre poco a poco a la música popular. Si el pasado otoño el coliseo lírico barcelonés acogió un sofisticado concierto de la islandesa Björk, anoche abrió sus puertas a una reina de la copla, Isabel Pantoja, que lució su tronío en una gala organizada por Radio Tele Taxi (RTT) en conmemoración del 20º aniversario de la emisora. El tirón de la popular tonadillera sevillana congregó desde las cinco de la tarde a más de dos mil aficionados que soñaban con aplaudir a la Pantoja en el templo operístico de La Rambla. La gala se inició pasadas las siete de la tarde con una generosa ración de sevillanas a cargo de Ecos del Rocío, el cuarteto de Rota (Cádiz) que lidera Miguel Moyares. No iban de teloneros, lo suyo fue un concierto en toda la regla de más de hora y media de duración, en el que caldearon el ambiente mientras el público contenía las ganas de fiesta y baile, impresionado por la solemnidad que impone el recinto.

'Cantar en el Liceo es lo más grande que me ha pasado en mi vida profesional'

Para una gran mayoría del público, ésta era su primera visita al Liceo. Muchos comentaban en voz alta la impresión que les producía la lujosa decoración de la sala, otros asentían mirando los palcos llenos a rebosar. Todos esperaban la aparición triunfal de Isabel Pantoja, que se hizo esperar. Pasadas las nueve y cuarto de la noche, la reina de la copla pisó por primera vez el escenario del Liceo, luciendo un espectacular traje rojo, y el público estalló en bravos y gritos de admiración que emocionaron a la artista sevillana. 'Cantar en el Liceo es lo más grande que me ha pasado en mi vida profesional', manifestó sumamente emocionada.

Pantoja es una diva absoluta de la copla y su temperamento, tan fuerte y teatral como el de una prima donna de la ópera, hizo temblar los cimientos del teatro. Feliz, sonriente y emocionada, la artista repasó sus éxitos derrochando arte, sentimiento y poderío. Los piropos llovían desde todos los pisos del teatro mientras desgranaba su repertorio de baladas convencionales, como la que abrió su concierto en el Liceo, el tema que da título a su último disco, Donde el corazon me lleve.

Pero las coplas de toda la vida, tardaron en sonar en el coliseo lírico. Isabel Pantoja se ausentó unos minutos del escenario y la orquesta, integrada por 17 intrumentistas, mantuvo el ambiente. Reapareció entre bravos, paseando una impresionante bata de cola negra, cantó con pasión La zarzamora y provocó el delirio del público. La copla, con su desgarro operístico, centró la segunda parte de su actuación, y fue lo más memorable de una velada que acabó pasadas las once de la noche.

Hubo muchos nervios al principio de la tarde, en la larga cola que esperaba la apertura de las puertas del Liceo. Después, unos se lanzaron al patio de butacas, otros a los pisos altos, mientras algunos aprovechaban la ocasión para hacerse fotos en la escalinata del vestíbulo principal.

La actuación de Ecos del Rocío fue bastante floja, con una pésima amplificación y demasiada vulgaridad en la presentación de sus temas. Tenían muchos fans entre el público, pero no supieron estar a la altura del escenario. Con Isabel Pantoja se dignificó la velada; es una gran profesional y supo hacerse con el público y con el imponente recinto.

A la gala acudieron la concejal del Ayuntamiento de Barcelona Katy Carreras; Manuela de Madre, ex alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, y los alcaldes de Tarragona, L'Hospitalet, Santa Coloma de Gramenet, Sabadell y Mataró. En la presentación de la gala, el radiofonista Justo Molinero agradeció la colaboración del Liceo y criticó duramente a Rocío Jurado 'por no haber querido estar en la gala compartiendo escenario con Isabel Pantoja'.