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Aznar da por 'cerrado el libro' del pujolismo y lanza a Piqué a conquistar el espacio de CiU

El mandato de Aznar convierte al ministro en candidato a la presidencia de la Generalitat

La salida de Jordi Pujol de la primera línea política 'no pasará una página' de la historia contemporánea de Cataluña. Según José María Aznar, 'cerrará el libro' que comenzó hace 25 años cuando Josep Tarradellas volvió a Cataluña desde el exilio y arrancó la etapa de la construcción de la autonomía. 'Cuando se termina un libro hay que coger otro' y 'no volver a leer el mismo boca abajo o con otra entonación'. Aznar remató su bibliográfica metáfora con la oferta del PP catalán, 'un partido de centro, catalanista y reformador', para ese nuevo libro. Su deseo es que lo escriba Josep Piqué, al que lanzó a conquistar el espacio moderado que durante dos décadas ha ocupado Convergència i Unió (CiU).

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El PP y CiU han colaborado intensamente en los últimos seis años, pero ayer quedó claro que, sin romper la alianza parlamentaria en Cataluña y Madrid, se van a disputar hasta el último voto del centro derecha con la mirada puesta en la nueva fase que se abre tras la retirada de Pujol.

El PP, que tiene aún pendiente de resolver su particular problema catalán, está convencido de que al fin ha encontrado a un líder capaz de convertir al partido en alternativa de gobierno en Cataluña. El décimo congreso regional, que se clausuró ayer en Barcelona, aclamó a Josep Piqué como su nuevo líder. José María Aznar lo presentó como el candidato a heredero de Jordi Pujol que mejor encaja con el catalanismo histórico, que el PP vincula fundamentalmente a Francesc Cambó, el gran icono que los conservadores llevan años tratando de resucitar.

Aznar y Piqué, al unísono, reivindicaron ayer la parte más hispanista de este catalanismo que el ministro quiere encarnar, la que basa su acción política en contribuir 'a la modernización de España'. El resto, la reivindicación de más autogobierno, está a su juicio completamente desfasado. Con palabras suaves, aderezadas incluso con elogios, Aznar y Piqué vinieron a decir que CiU pudo tener razón hace unos años, pero que su tiempo ya ha pasado y que en Cataluña ha llegado la hora de Piqué y del PP, un partido que en esta comunidad nunca ha superado el 14% de los votos en las autonómicas.

El PP de Cataluña, según anunció ayer Aznar, 'tiene la idea del nuevo libro para que la [próxima] historia de Cataluña sea mejor que en los últimos 25 años'. El presidente del Gobierno dedicó grandes elogios al 'libro' que él da por 'cerrado': el de la construcción de la autonomía de Cataluña con Jordi Pujol como principal piloto. Pero dejó claro que a su juicio ya es hora de cerrar el libro: 'No pasan en balde 25 años, han pasado muchas cosas y ya no tenemos que continuar con las reclamaciones que se planteaban entonces'.

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Por ello, argumentó, 'no es posible hablar ahora de involución autonómica'. Con una excepción, que el PP considera improcedente: 'Salvo que se olvide que nosotros no estamos obligados a cumplir el programa de máximos de ningún otro partido'. Y el PP está convencido de que no lo está, pues ayer tanto Aznar como Piqué defendieron la 'estabilidad institucional', es decir, no tocar ni una coma de la Constitución ni el Estatuto.

Las sistemáticas referencias a los 25 años de construcción autonómica hasta incluyeron un lapsus. 'El 20 de octubre de 1977, hoy hace exactamente 25 años de aquel histórico 'ja sóc aquí', rememoró Piqué. Pero la fecha del regreso de Tarradellas, una de las más emblemáticas para el catalanismo, fue el 23 de octubre.

Piqué, que alternó en su discurso el catalán y el castellano, dijo que las reclamaciones de más autogobierno y las quejas por esa supuesta involución significan 'perder el tiempo en debates estériles' que no se sostienen 'con datos o hechos', pues el 'único malestar posible en una sociedad democrática es el que se da cuando los gobiernos no gestionan bien sus competencias'. Cataluña, subrayó el nuevo presidente del PP catalán, 'tiene hoy todas las competencias posibles para ser competente'.

El nuevo presidente del PP, que se burló del 'malestar conceptual' acuñado por Jordi Pujol, cosechó los aplausos más entusiásticos cuando dejó claro que 'ama' a España. Y tranquilizó a los sectores tradicionales del PP, que no ocultan sus sentimientos españolistas, al resumir el sentido del catalanismo que propone: el catalanismo sólo es válido 'en la medida en que quiere ser un referente de modernización de Cataluña y de España'.

Aznar y Piqué dieron así por cerrado el pujolismo y arrinconaron, por 'anacrónicas', las reclamaciones para avanzar más en el autogobierno. Lo hicieron en la víspera de la presentación en Barcelona de los objetivos de Artur Mas y de CiU para dar un 'salto hacia adelante' en el autobogierno en la próxima década.

Ambos se esforzaron en subrayar que el tiempo de CiU como referencia del centro político catalán ya ha pasado. Ahora, según Piqué, en vez de centrista, 'CiU es un partido profundamente centralista', que aplica una política 'centralista en el Gobierno de Cataluña', 'no cree en la redistribución territorial del poder político' y basa su discurso en la cultura del agravio.

Para situarse en el espacio moderado que tradicionalmente ha ocupado CiU, en la imaginaria biblioteca de Aznar estará el PP catalán de Piqué. 'Defendemos una Cataluña central, integrada y protagonista, ni periférica ni ensimismada', proclamó el presidente del Gobierno y del PP.

Aznar se declaró convencido de que hay 'una centralidad catalana, política, económica y cultural', que comparte estas tesis del PP y, como dijo en su penúltima visita a Barcelona, ahora es la sociedad catalana la que debe decidirse. 'Sólo falta la decisión de no regresar a los primeros capítulos del libro ni al punto de partida', afirmó.

Y aunque el cónclave del PP catalán evitó proclamar a Piqué como candidato a la Generalitat, Aznar le calificó como 'la persona acertada' para afrontar este reto por ser 'un catalán y español dispuesto a trabajar por esta tierra'. Piqué ha hecho pública su predisposición a encabezar la lista en las próximas autonómicas, pero la designación se ha aplazado. No obstante, la clausura del congreso de ayer ha despejado las pocas dudas que aún quedaban. El mandato de Aznar y el compromiso que adoptó lo convierten, de facto, en el candidato a la presidencia a la Generalitat, y fuentes de la dirección nacional del PP subrayaron que no contemplan ya otra posibilidad.

Piqué y Aznar, ayer en la clausura del congreso del PP de Cataluña.
Piqué y Aznar, ayer en la clausura del congreso del PP de Cataluña.VICENS GIMÉNEZ

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