El ministro cita a la nueva ejecutiva fuera de la sede
Ya es oficialmente el presidente del Partido Popular (PP) de Cataluña, pero Josep Piqué sigue resistiéndose a entrar en la pequeña y lúgubre sede central que la formación tiene en la calle de Urgell de Barcelona. El ministro ha convocado para hoy mismo la primera reunión de su ejecutiva, pero ha citado a los dirigentes en un hotel. En su agenda no está anotada ninguna visita a la sede ni al que será su despacho en el partido, el mismo que durante seis años ha ocupado Alberto Fernández Díaz.
Tras la reunión, Piqué volará inmediatamente hacia Madrid y no tiene previsto regresar a Cataluña hasta el jueves, día en que tiene programado un acto en Sabadell (Vallès Occidental). Por tanto, salvo que improvise hoy una visita relámpago, el nuevo presidente regional tardará todavía unos días en visitar la sede.
Desde que se afilió al PP, en 1999, las veces que Piqué ha entrado en la sede central del partido en Cataluña pueden contarse con los dedos de una mano y éste ha sido precisamente uno de los principales reproches del aparato del PP catalán. La precariedad de la sede central ha sido, de hecho, una fiel metáfora de las dificultades que el partido ha encontrado históricamente para crecer en Cataluña.
Uno de los pocos intentos que se han hecho para abrir la sede a la sociedad fue ubicar allí la oficina parlamentaria, pero se eligió un cuarto situado en el sótano, al que sólo podía llegarse a través de una oscura y estrecha escalera, que desembocaba en una habitación sin luz y con una solitaria mesa. La oficina fue inaugurada a bombo y platillo por el ministro, Josep Piqué, entonces portavoz del Gobierno, y por el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz. Ninguno de los dos volvió por allí y el número de visitantes fue tan reducido que la oficina se cerró físicamente y actualmente se atiende a la gente por teléfono.
Nuevo local
La opinión de que para el PP catalán es prioritario cambiar su sede y abrirla a la sociedad es probablemente la que concita más unanimidad en el partido, junto con el compromiso con España. La dirección que encabezaba Alberto Fernández ya reclamó el traslado en varias ocasiones y también convocaba a menudo las ejecutivas en hoteles, ante la falta de espacio de la sede.
El secretario general del PP, Javier Arenas, ha anunciado en varias visitas a Cataluña que el partido está buscando una nueva sede, pero hasta ahora se había quedado en una declaración de intenciones. El aterrizaje de Piqué, no obstante, va a servir probablemente de acicate para dar un nuevo impulso a la búsqueda.
El PP ya ha visitado varios locales y una optimista colaboradora del ministro se mostró ayer convencida de que antes de fin de año el partido habrá encontrado ya la nueva sede que tanto desean sus dirigentes. Mientras tanto, el único despacho real del presidente del PP de Cataluña estará en el madrileño paseo de la Castellana, sede del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
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