El teatro de la vida

Fua una de las noches más felices de su vida. Nuria Espert fue testigo de la 'agresividad jocosa', de las 'bromas', de la complicidad y profunda amistad entre Rafael Alberti y José Bergamín, escritores exiliados que que se reencontraban en España. Fue un 'divertidísimo' encuentro, un capítulo feliz en una biografía marcada por el éxito, pero también por el dolor. Alberti es 'otra persona que ocupa un lugar importante' en De aire y fuego (Aguilar), la biografía escrita por Nuria Espert con la colaboración del periodista Marcos Ordóñez, que ayer se presentó en la Biblioteca Valenciana.

La prestigiosa actriz catalana recordó ante los periodistas algunos de los episodios y personas ya desaparecidas que marcaron su vida, como su marido y empresario teatral Armando Moreno o Víctor García, que le 'abrió las puertas del mundo', cuando apenas existían oportunidades para las intérpretes españolas. También recordó la figura de Adolfo Marsillach, con quien al fin, ya en la madurez, mantuvo una estrecha amistad. Repasó también la actriz los momentos duros como la 'depresión atroz' que padeció o la tristeza que embargaba a Alberti -juntos dieron 380 recitales poéticos- por la enfermedad mortal de su mujer, María Teresa.