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La SEPI abre la puerta a la posibilidad de buscar un nuevo socio en Babcock

La crisis de Babcock Borsig España se acentúa día a día. Los sindicatos se reunieron ayer con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), antigua propietaria, y recibieron un nuevo mensaje: el futuro de la empresa de bienes de equipo pasa o por mantenerse en Borsig o por buscar un nuevo socio. Hasta ahora, todas las apuestas pasaban por incluir a la empresa en Babcock Borsig Power System, el nuevo grupo que surgiría con lo salvable de la suspensión de pagos del grupo alemán. Ahora la SEPI, que vendió la empresa hace poco más de un año a los alemanes, asegura que tiene un acuerdo no escrito con este grupo en el que también se prevé buscar un nuevo accionista.

Los sindicatos rechazan esta propuesta y aseguran que la SEPI debe recuperar el control de la sociedad y después realizar una nueva privatización porque se han incumplido las condiciones de la venta. Los sindicatos desconfían de una venta en la que puedan participar los alemanes.

El acuerdo de privatización, por el que se mantuvieron 673 trabajadores, le costó al Estado 1.274 millones de euros. Esta cifra incluye las pérdidas de los últimos cinco años y las aportaciones directas a la privatización.

La semana que viene se reunirá el consejo en Alemania y los dos representantes de UGT y CC OO han decidido no acudir por defecto de forma en la convocatoria. En este encuentro se hará oficial el nombramiento de Juan Miguel Romeo como nuevo consejero delegado.

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