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150 niños viven en Las Barranquillas, el 'hipermercado' de la droga

Un poblado chabolista rodeado por un vertedero y al que cada día acuden cerca de 4.000 toxicómanos a comprar y consumir estupefacientes. Ésa es la sala de juegos de los 150 a 180 niños que, según los datos ofrecidos ayer en la Asamblea de Madrid por el viceconsejero de Servicios Sociales, José María Alonso, viven en el poblado marginal vallecano de Las Barranquillas, el mayor hipermercado de la droga de la región.

Buena parte de estos pequeños conocen el trapicheo de primera mano porque son sus propios padres los que venden papelinas en la chabola. En un ambiente tan degradado, ir al colegio no se ve como algo necesario. Por eso, de los 110 chavales en edad escolar (de 6 a 16 años) del barrio, sólo 71 están matriculados en un centro lectivo, según el Instituto de Realojamiento e Integración Social (IRIS), de la Comunidad. Y sólo 41 van a clase con regularidad.

Florencio Martín, gerente del IRIS, explica que el absentismo escolar en este poblado, del 64%, es 'mucho mayor' que el registrado en otros núcleos parecidos. 'Pero como la vida en este barrio está muy lejos de lo que se considera normalizado para nosotros, es un éxito haber logrado que un 40% de los críos vayan a clase con asiduidad', afirma.

Martín indica también que es difícil saber cuántas de las 135 familias asentadas en Las Barranquillas viven realmente allí y cuantas usan los chamizos del poblado sólo para sus negocios. 'Calculamos que hay de 150 a 180 niños porque ésos son los que ven durante el día nuestros trabajadores sociales', añade.

El IRIS tiene en el poblado un coordinador, un trabajador social y dos educadores sociales. 'Uno de sus cometidos es ofrecer a estos chavales alternativas al modo de vida que conocen. Se intenta convencer a los padres para que les despierten para ir a clase, pero es una tarea difícil porque se trata de un lugar al margen de todo', añade el gerente del instituto. El diputado del PSOE, Francisco Contreras, acusó al Gobierno regional de 'permitir que un montón de niños estén todo el día correteando por un montón de jeringuillas'.

Realojamiento descartado

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La Comunidad descarta el realojamiento de las familias de Las Barranquillas por considerar que, salvo excepciones, su problema no es de miseria económica. Pero el crecimiento de la ciudad puede acabar obligando a desmantelar este núcleo que nació en 2000 cuando se trasladaron allí familias dedicadas al tráfico de drogas tras ser expulsadas del poblado de Torregrosa (Usera).

El viceconsejero de Servicios Sociales recordó ayer que los desarrollos urbanísticos previstos en la zona para los próximos diez años -el futuro barrio de Valdecarros, con 45.000 viviendas, y el polígono industrial de La Atalayuela- 'no son la causa inmediata de que el poblado vaya a desaparecer, pero tienen que influir, como ha ocurrido en otros asentamientos similares'.

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