Estalla un cohete ruso con un pequeño laboratorio internacional a bordo
Un cohete ruso Soyuz-U lanzado ayer para poner en órbita un laboratorio automático proyectado por Rusia y la Agencia Europea del Espacio (ESA) explotó al despegar, informó el Centro de Control de Vuelos Espaciales ruso. En el satélite laboratorio Fotón M-1 viajaba, entre otros experimentos, uno diseñado por científicos españoles destinado a comprobar la capacidad de supervivencia de determinados líquenes en el espacio. El satélite debía permanecer 15 días en órbita y luego aterrizar suavemente en Kazajistán para que los científicos pudieran comprobar el estado de los experimentos que portaba, fruto del trabajo de científicos de Rusia, 10 países europeos, Estados Unidos, Canadá, Indonesia, China y Japón.
El Soyuz-U fue lanzado a las 20.20, hora española, desde la base de Plesetsk, al noreste del país. Es un cohete de tres fases con capacidad de poner objetos de hasta siete toneladas en órbitas elípticas de entre 200 y 400 kilómetros de altura. El Fotón-M fue construido en el centro ruso de investigaciones espaciales Progress de la ciudad de Samara, en los Urales.
Viga en la estación
Mientras tanto, los seis tripulantes del transbordador Atlantis y los tres de la tripulación permanente de la Estación Espacial Internacional (ISS) dieron ayer por terminado su trabajo conjunto durante los últimos siete días para instalar nuevos elementos en la estación. Durante tres largos paseos espaciales, no exentos de dificultades inesperadas, los astronautas han conseguido todos sus objetivos y el Atlantis tiene previsto hoy desatracar de la estación e iniciar el regreso a la Tierra.
La pieza más espectacular de las que se han instalado en la ISS es una viga transversal de aluminio que forma parte de la estructura de la estación. Esta columna vertebral de la ISS llegará a medir 107 metros de longitud y será entonces la estructura mayor que se ha montado en el espacio. La parte ahora instalada mide 14 metros de largo y dispone de radiadores para disipar el calor. Los radiadores van unidos al centro de control, los laboratorios y zonas habitadas de la estación con mangueras por las que circula amoníaco, utilizado como refrigerante. Todo ello forma el sistema de aire acondicionado de la base espacial. En el futuro se añadirán paneles solares para proporcionar más energía eléctrica a la estación. Además de los radiadores se ha instalado una red de comunicaciones, una plataforma para trasladarse por el exterior de la estación y dos cámaras de televisión externas.
Durante la misión la comandante del Atlantis, Pamela Melroy, ha encendido dos veces los motores para elevar la estación a una órbita más alejada de la Tierra, una maniobra necesaria cada cierto tiempo. En total, la subida ha sido de 9,7 kilómetros, hasta las 250 millas náuticas de su órbita correcta.
Mientras tanto, en Houston, los representantes de los socios de la ISS (Estados Unidos, Europa, Rusia, Canadá y Japón) dedicaron esta semana la sesión sobre la estación espacial en el Congreso Mundial del Espacio que se celebra allí a evitar los asuntos más espinosos relacionados con esta cuestión, informa Space.com. Un alto cargo ruso llegó hace unas semanas a mandar una carta a su colega estadounidense en la que le advertía de que la falta de fondos iba a impedir la construcción de una nave prevista para el año que viene. Sin embargo, en Houston, Michail V. Sinelschikov, director de vuelos tripulados en la agencia espacial rusa, comentó que Rusia desearía ampliar su contribución a la ISS con nuevos módulos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.