Los autobuses de Granada regalan libros de relatos a los viajeros

En Granada un autobús es una sala de lecturas. No hay más que tomar una línea regular, pagar los 85 céntimos de euro que cuesta el billete y coger uno de los pequeños libritos que reposan junto a la cabina del conductor. Desde hace unos meses la empresa granadina Rober regala libros de relatos cortos, con firmas de prestigio, para que los usuarios lean mientras se desplazan por la ciudad. Es literatura gratis camino de la oficina. Las novedades incluyen relatos de Ignacio Martínez de Pisón y Andrés Neuman, entre otros.

La iniciativa, pionera en España, partió de Miguel Ángel Arcas, responsable de una pequeña editorial granadina, Cuadernos del Vigía. 'Un día, en una plaza, vi pasar un autobús lleno de gente', comenta el editor. 'Me di cuenta de la cantidad de tiempo psicológicamente muerto que se pasa en los autobuses sin hacer nada. Y pensé: '¿por qué no llenar ese tiempo muerto con literatura?'.

Dicho y hecho, Arcas se puso en contacto con los responsables de la empresa de autobuses urbanos y les expuso su proyecto. La idea fue tomando forma hasta que, en febrero pasado, se puso en marcha bajo el nombre de Relatos para leer en el autobús. Cada dos meses aparece un nuevo título, del que se tiran 10.000 ejemplares.

Dos tipos de autores

Ignacio Martínez de Pisón, con su cuento Un reloj y unas frutas; Andrés Neuman, con Dos viajes breves; Joaquín Blanes, con La brevedad de Kinewölflim y Mar Sancho, con El perro que fuma, han sido los cuatro primeros autores que han entrado en el proyecto. 'Escogemos dos tipos de autores', explica Miguel Ángel Arcas, 'aquéllos que ya tienen un nombre a nivel nacional, los creadores noveles que han obtenido el Premio Federico García Lorca de la Universidad de Granada y los ganadores del concurso de relatos breves que ha establecido la propia empresa Rober'. 'La gente', añade, 'mejora la calidad de sus viajes en los autobuses y la idea ayuda, además, al fomento de la lectura. Cualquiera puede aprovechar un rato, el rato del trayecto, para leer'.

La iniciativa está teniendo un gran éxito, según relata Arcas, pese a que apenas ha tenido una gran publicidad. 'Mucha gente ya se sube al autobús y pregunta por los libros; otros se los llevan a sus casas. El caso es que está cuajando', explica. También lo demuestra el hecho de que la Universidad de Granada y el Ayuntamiento hayan decidido colaborar en el proyecto.

El editor hace una reflexión: 'Un autobús es el sitio más variopinto del mundo. En él se monta gente de cualquier clase y condición. Es un público absolutamente heterogéneo. Distribuir libros en los autobuses es una de las mejores formas de llegar a todo el mundo'.