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El Banco Europeo de Inversiones aboga por 'crear riqueza' en los países pobres

Francis Mayer, vicepresidente, alerta de la situación en el sur mediterráneo

'La inmigración se frena ayudando a los países pobres a crear riqueza con puestos de trabajo', declara el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el francés Francis Mayer, en una entrevista a este diario en vísperas del lanzamiento oficial del Fondo Euromediterráneo de Inversión y Asociación (FEMIA), 255 millones de euros para los próximos cuatro años, un instrumento creado por la UE el pasado marzo en la Cumbre de Barcelona.

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El FEMIA intentará fomentar el sector privado y el mercado regional en la cuenca sur del Mediterráneo. El bautizo tendrá lugar precisamente en la capital catalana el próximo viernes día 18, en una reunión de los ministros de Economía de los Quince y de sus 12 socios de la cuenca mediterránea, incluido Israel.

'Tienen televisión pero carecen de empleo, es lógico que huyan en busca de algo mejor', opina Mayer, de 51 años, ex director de la cadena de televisión ARTE, ex alto funcionario del Tesoro francés y actual responsable para los países del Magreb y del Mashreq del BEI, la institución financiera de la UE. 'La solución pasa por crear riqueza, trabajo, desarrollando el sector privado, lo demás es retórica', sentencia.

La renta entre el Mediterráneo subdesarrollado y el desarrollado oscila hoy entre 1.500 dólares anuales per cápita a 20.000, el mayor desequilibrio mundial en un espacio tan restringido. Salvo Túnez, los demás han visto cómo la brecha se agranda respecto a Europa. La inestabilidad política contribuye a que la inversión extranjera haya decrecido un 40% durante la pasada década en una zona que debe crear al menos 45 millones de empleos en los próximos diez años simplemente para frenar el nivel de paro.

'¿Qué necesitan estos países para salir del hoyo?', se pregunta el ejecutivo del BEI y presidente del Club de París: 'Ante todo paz, pero también dotarse de un sistema legal adecuado que facilite el respeto de contratos, el acceso a créditos ventajosos para el desarrollo del sector privado, así como un mercado regional actualmente inexistente'.

Uno de los compromisos suscritos en 1995 en Barcelona en la primera Conferencia Euromediterránea fue fijar la meta de 2010 para establecer un área de libre comercio entre la UE y los 12 socios mediterráneos. 'Aún lo creo factible, sino con todos al menos con unos cuantos', vaticina Mayer. 'Pero tan importante para salir de la pobreza es un mercado Norte-Sur como otro Sur-Sur', dice al evocar el modelo de integración comercial que han puesto en marcha Marruecos, Túnez, Egipto y Jordania.

La situación política de la zona no puede ser peor. 'A veces se necesita tocar fondo para salir de una crisis', comenta Mayer, optimista de lo que depare esta semana la cita de Barcelona: 'En las presentes circunstancias es milagroso que acudan todos, o casi todos '. Siria y Líbano boicotearon la Conferencia Euromediterránea el pasado abril, en Valencia, en protesta por la asistencia de Israel. 'Este encuentro es menos político al no estar los ministros de Asuntos Exteriores,', agrega el ejecutivo del BEI, una institución con más de tres décadas de experiencia en la región, que ha prestado más de 12.000 millones de euros a los países ribereños desde 1974 y con una cartera de más de 8.000 hasta 2006.

Sin embargo, los socios del otro lado del Mediterráneo califican de escaso el sostén de sus amigos europeos. La nueva partida de ayuda regional (MEDA-2), 5.300 millones de euros para el periodo 2000-2006, es considerada insuficiente por los países árabes.

Y de esa partida sale precisamente el FEMIA, que esta semana se lanza oficialmente pero que funciona desde el pasado 1 de septiembre. España defendió durante su reciente presidencia de la UE la conveniencia de fundar un banco euromediterráneo, cuya sede sería Barcelona. No encontró apoyo suficiente. Los nórdicos se negaron, la Comisión Europea sugirió, a su vez, la apertura de una filial del BEI, una fórmula menos costosa pero más rápida. Al final se quedó simplemente en una línea especial de crédito y el compromiso de revisar de aquí a un año su naturaleza. 'La iniciativa española ha sido, en cualquier caso, muy positiva porque reforzará nuestras operaciones y reorientará el objetivo hacia el sector privado'.

Francis Mayer (en primer plano), durante la ceremonia de entrega de un préstamo a Siria en diciembre de 2000.
Francis Mayer (en primer plano), durante la ceremonia de entrega de un préstamo a Siria en diciembre de 2000.REUTERS

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