Terra Lycos está en el 'paro'
La compañía reduce ingresos, gastos e inversiones, mientras la Bolsa especula sobre una posible OPA de exclusión
Los rumores siguen determinando la marcha de Terra Lycos en Bolsa, desde que hace casi tres años rompiera el parqué con el estreno más especulativo de la historia española. El aumento casi plano de sus ingresos, la competencia de Telefónica en el ADSL, los bailes en la dirección de la compañía y el parón en las inversiones lastran un valor que, según los analistas, y aunque se ha recuperado esta semana, alcanzará su 'suelo' en los 3,2 euros.
Las 'joint ventures' están paradas, se estudia cada viaje o anuncio y el 'número dos' ha abandonado la compañía
El último anuncio que ha hecho Terra Lycos al mercado español tiene fecha de 25 de julio y se refiere a los resultados del segundo semestre. Las noticias de la compañía en Estados Unidos hablan del rediseño de su web Wirednews. Su presidente, Joaquín Agut, permanece desaparecido. Pero el silencio en Terra contrasta con la cantidad de noticias que rodean a la compañía ante la caída de su valor en Bolsa, ya que ha perdido un 54,35% este año. Los rumores en el parqué están motivados por la debilidad del valor, que ponen la empresa a tiro para posibles compras de terceros, y es una caída que, a su vez, está provocada por los problemas internos de la compañía, y que se resumen en uno: Terra ya no se mueve.
La apuesta de Telefónica por Internet está a punto de cumplir cuatro años, aunque, en 1998, Terra se llamaba Telefónica Interactiva. Nunca, desde entonces, ha pasado por un momento tan delicado. Terra Lycos pierde dinero, aunque los -32 millones de euros de Ebitda (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) que registró en el segundo trimestre es la cifra de pérdidas más baja de su historia. El gran objetivo es alcanzar los números negros y, por eso, está reduciendo sus costes operativos (un 23% el pasado trimestre), ajustando los márgenes (de un -36% a un -20% en un año) y tratando de no quemar demasiado cash -44 millones de euros, hasta quedarse en los 1.900 millones en el mismo periodo-.
El reverso tenebroso de esta obsesión con los márgenes es el sacrificio de los ingresos. Terra no gasta, pero vende menos. En el segundo trimestre, las ventas cayeron un 10% con respecto a las del mismo periodo de 2001, y ha rebajado sus expectativas de facturación para el total del año, una cifra que caerá, según un análisis de Odd Opination, un 2%.
Dos líneas de ingresos
La compañía tiene dos líneas de ingresos, ambas con sus propios problemas. La primera es la venta de publicidad y contenidos del portal, el 60% de su facturación. La venta de publicidad on line es un negocio en permanente crisis y, además, el portal de Lycos está perdiendo audiencia en Estados Unidos, mientras Terra sufrirá en España el ataque combinado de EresMas y Wanadoo, si se aprueba su fusión.
En esta rama del negocio, Terra puede sufrir también un durísimo varapalo si finalmente Bertelsmann decide no cumplir con su contrato con la empresa española. Según el acuerdo que firmaron Telefónica, Terra y Bertelsmann tras la fusión con Lycos, la alemana debería gastarse 675 millones de dólares en publicidad en Terra desde este mes de noviembre y hasta 2005. No es una inversión más. Según cálculos de BCP Investimento, el contrato supone el 75% de los ingresos por publicidad de Terra en estos tres años. Oficialmente, Terra y Bertelsmann aseguran que los planes siguen su rumbo. Fuentes de la compañía alemana citadas por el diario Financial Times en dos artículos aseguran que no invertirá un euro más en Terra. En el caso de que así sea, Telefónica tendría que hacer frente al pago.
La segunda vía de ingresos de Terra es el acceso. La compañía está reduciendo día a día el número de suscriptores gratuitos a la red y aumentando los de pago. Pero en el acceso a banda ancha por ADSL sufre la competencia del resto de los portales y, sobre todo, de Telefónica. La compañía de César Alierta, propietaria del 37% de Terra, está realizando una agresiva campaña publicitaria para vender ADSL, mientras Terra lleva dos años reduciendo sus gastos en marketing y publicidad. El resultado es que, según datos de Miguñe Jiménez, analista de Renta 4, 'Terra tenía hace un año el 60% de cuota de mercado en ADSL y ahora tiene el 20%'. Según los datos ofrecidos por las propias compañías, Telefónica tiene, a 4 de octubre, 700.000 clientes de ADSL, mientras que Terra tenía, a julio, 123.000.
Terra Lycos mantiene también parados los proyectos de sus filiales y joint-ventures. Algunas de éstas, como Atuhora -compañía creada al 50% con TelePizza-, ni siquiera han arrancado. Otras, como Lycos Europe -propiedad de Terra y Bertelsmann-, toman sus propias decisiones. El resto, según explican fuentes internas, tiene cerrado el grifo de gastos en viajes o publicidad, mientras las inversiones y los proyectos se aprueban con cuentagotas. Terra tiene, además, dos pleitos pendientes en EE UU, con la compañía IDT y con un grupo de accionistas, y debe pagar 22 millones de euros a los propietarios de la desaparecida Teknoland.
También hay problemas internos. A la falta de visibilidad de Agut -este periódico ha intentado entrevistarle sin éxito- se le une la salida de Antonio García-Urgelés, segundo en la práctica, que ha abandonado Terra para seguir a su antiguo jefe en Microsoft, Francisco Román, a Vodafone España. La salida de Urgelés está motivada, según diversas fuentes, por sus discrepancias con la presidencia de Terra, y ha sido un mazazo para los empleados porque estaba muy bien considerado en la compañía. Julián de Cabo, director general de Terra España, ha sido relevado de su cargo, según las mismas fuentes, aunque oficialmente lo ha abandonado por motivos personales.
En el parqué, mientras, continúan los rumores sobre una posible OPA de exclusión de Telefónica si el valor continúa bajando. Algunos analistas, como Nahúm Sánchez, de Caja Madrid Bolsa, dudan, sin embargo, de que Telefónica pueda justificar ante sus accionistas una compra de Terra a un precio muy inferior al de su salida a Bolsa. Los buenos resultados de Yahoo! han impulsado a Terra esta semana, en la que ha ganado un 7,14%, y la mayor parte de los analistas coincide en que Terra está castigada en exceso. Pero hay que olvidar los 100 euros de la época del boom. 'Si llega a esos 11 euros, los inversores deberían asumir las pérdidas', aconseja Sánchez.
'Ante mi decepción y mi sorpresa, Alierta nombró a Joaquín Agut'
Bob Davis, el fundador de Lycos, acaba de publicar el libro Speed is life -su título en su edición española es La velocidad... marca la diferencia, y está editado por Empresa Activa-. Davis sólo dedica el epílogo del libro a hablar de la operación tribanda entre Telefónica, Lycos y Bertelsmann, y no cuenta muchos de los secretos de este acuerdo, como cúanto dinero se llevó él. Pero el relato de lo que ocurrió los días previos y posteriores al 17 de mayo de 2000, día de la fusión, incluye sorpresas y no deja muy bien a los gestores españoles.
Davis cuenta que los primeros contactos con Telefónica fueron complicados porque la española valoraba Lycos por debajo de lo que pretendían conseguir sus gestores. Tras varias reuniones se llegó a un acuerdo en el que se incluía a Bertelsmann.
Davis, sin tratar de aparentar falsa modestia, asegura que fue Lycos la que insistió en que hubiera fórmulas de compensación para los empleados, mientras Terra sólo quería ofrecérselas a 'los directivos'. También asegura que Juan Villalonga, entonces presidente de Telefónica, quería que fuera un español el que dirigiera Terra Lycos, pero que, ante la amenaza de Davis de dimitir si no era él quien llevaba la empresa, no tuvo 'más remedio que ceder' y aceptar sus 'condiciones'. 'Aunque Lycos era la comprada, conservábamos el control', explica.
Tras la salida de Villalonga 'por problemas políticos en España', las cosas se torcieron. El nuevo presidente, César Alierta, apoyó el acuerdo, pero Davis explica: 'Ante mi decepción y mi sorpresa, Alierta nombró a Joaquín Agut' como presidente de Terrra. Aunque dice no tener nada en contra de Agut, Davis sí dice alto y claro: 'Había negociado de forma muy dura para mantener el control del negocio y había visto cómo el acuerdo se desmoronaba ante mis propios ojos'. Davis dimitió como copresidente el 1 de febero de 2001.
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