Después del susto, la realidad

Algunos vecinos afectados por la explosión en una vivienda del número 4 de la calle de Liszt de Santa Coloma de Gramenet en la madrugada del sábado, pudieron recuperar ayer varias pertenencias, básicamente documentos, joyas, cuadros y fotografías. Fue durante la mañana, porque por la tarde una enorme grúa derribó el edificio en el que se produjo la explosión y el contiguo, que resultó gravemente dañado por el estallido.

Las 19 familias que se han quedado sin casa -cifra oficial definitiva facilitada ayer por fuentes municipales- continúan hospedadas provisionalmente en pensiones o en casas de familiares, mientras que el Ayuntamiento de Santa Coloma ha comenzado ya a buscar pisos de alquiler para realojarles. Tanto el Ayuntamiento como la Generalitat se comprometieron ayer a sufragar el alquiler de estos pisos durante los primeros seis meses. El consistorio informó también de que los pisos podrían estar disponibles la próxima semana.

Los 40 vecinos afectados por el hundimiento están recibiendo asistencia por parte del Ayuntamiento, que ha puesto a su disposición un equipo de 15 personas entre médicos, psicólogos, asistentes sociales y abogados.

De las 17 personas que resultaron heridas en la explosión, sólo dos permanecían ayer ingresadas. Son una joven de 17 años que se recupera en el hospital de Can Ruti del aplastamiento de una vértebra y Nicolás Rodríguez, de 65 años, el vecino del piso en el que se produjo la explosión, que está muy grave con quemaduras en el 48% del cuerpo.

La explosión fue causada por una bombona de gas que había sido manipulada, por lo que una de las hipótesis que barajan los investigadores es que Rodríguez intentara quitarse la vida.