El Planetario de Pamplona exhibe fondos de la colección de pintura española del XIX del Museo Nacional de Cuba
El Planetario de Pamplona exhibe hasta el próximo mes de noviembre una selección de 50 cuadros perteneciente a los fondos de la pintura española del siglo XIX procedentes del Museo Nacional de Cuba. Algunas de las obras, entre las que destaca una amplia representación de pinturas de Ignacio Zuloaga y Joaquín Sorolla, no habían sido exhibidas nunca fuera de la pinacoteca caribeña.
Se trata, en palabras del restaurador jefe del Museo Nacional de Cuba, Manuel Crespo, de una 'oportunidad histórica' para contemplar algunos de los mayores tesoros del arte español del XIX y 'reinterpretar la esencia' de unas tendencias artísticas vinculadas al clasicismo, el naturalismo y el realismo que recalaron en el museo nacional cubano procedentes de colecciones particulares. Zuloaga y Sorolla lideraron las dos tendencias de mayor repercusión plástica fuera de las fronteras españolas y constituyen el eje de la muestra.
Alrededor de Sorolla se alineó un grupo de pintores levantinos que realizaron obras de base realista con componentes formales más modernos y una visión optimista de la vida. El arte de Zuloaga, que condujo la pintura vasca hacia la modernidad, estuvo más cercano al simbolismo y reflejó una visión histórica y escrutadora del universo español vinculada a las preocupaciones de la Generación del 98.
De entre las más de 500 obras de pintura española que albergan los fondos del Museo Nacional de Cuba, la selección que ha viajado a Pamplona, explica la directora del Museo, Moraima Clavijo, incluye telas de Sorolla tan destacables como Retrato de Rafael Cervera (1887), Retrato de la Marquesa de Balboa (1894), Gitana (1899), Barcas en un canal (1900) y Niña (1904), entre otras.
El pintor guipuzcoano Zuloaga también adquiere un protagonismo especial en la muestra. En las paredes del Planetario están colgadas telas de gran tamaño como Rosita (1902-04), Retrato del pintor Pablo Uranga (1905), Mi prima Esperanza (1914), Teodora (1914), El palco (1917), Toros en Sepúlveda (1915), Paisaje de Antequera (1923) o La dama del abanico (1928). Además, los responsables de la pinacoteca de La Habana han trasladado dos telas del vitoriano Pablo Uranga Díaz de Arcaya: El bebedor y El toro ensogado (1904), óleo este último pintado en Elgeta donde se conjunga la tradición clásica con la técnica moderna.
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