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Un hombre espera durante dos horas y media a que llegue una ambulancia

El vehículo sanitario llegó dos horas y media después de ocurrido el siniestro

Vicente G. Olaya

Un joven, de unos 20 años, permaneció dos horas y media en la carretera M-611 (Soto-Miraflores) a la espera de que una ambulancia lo trasladase al hospital. Esta persona sufrió un accidente de tráfico a las 12.18 de ayer, pero la ambulancia que lo trasladó a La Paz no lo recogió hasta las 14.47. Los testigos del accidente tildaron la situación de 'esperpéntica y bochornosa, porque no había ambulancias disponibles para el herido'. El servicio de emergencias admite la tardanza, pero argumenta que el retraso se debió a un cúmulo de circunstancias excepcionales.

La versión del Servicio Regional de Emergencias sobre lo ocurrido en la M-611 es la siguiente: a las 12.18 dos vehículos chocaron en el kilómetro 1. Alguien llamó al teléfono de emergencias 112 y explicó que tres personas habían resultado heridas leves en un accidente de tráfico en el término municipal de Soto del Real.

El 112 pasó el aviso a la UVI móvil del Summa más cercana (Servicio de Urgencias Médicas de Madrid, antiguo 061). Pero esta UVI -un pequeño hospital móvil en el que viaja un médico- estaba atendiendo otro accidente de tráfico en Guadalix de la Sierra (pueblo situado a unos 10 kilómetros del lugar del primer accidente).

Como los tres heridos del accidente de Soto eran leves, la UVI siguió atendiendo a los de la carretera de Guadalix, que tampoco estaban graves. A las 12.30, la ambulancia del Summa acabó su trabajo, por lo que estaba lista para trasladarse al accidente de Soto. Pero a esa hora ya habían llegado otras dos ambulancias al siniestro, una de la Cruz Roja y otra de Protección Civil. La ambulancia de Cruz Roja trasladó a dos de los tres heridos a un hospital, mientras que la de Protección Civil permaneció en el lugar con el tercer accidentado.

Dolores en el cuello

A las 13.37, una cuarta persona implicada en el accidente afirmó sentirse mal y tener dolores en el cuello. Como ya eran dos los heridos que había en la carretera que no habían podido ser recogidos y la ambulancia de Protección Civil tenía sólo una camilla, llamaron a otra ambulancia y esperaron. Como no había ninguna disponible en las cercanías, tuvo que venir una de Madrid, que tardó una hora y diez minutos en llegar. Cuando este nuevo vehículo -sin médico- llegó, recogió a uno de los heridos y lo llevó a Madrid. El vehículo de Protección Civil trasladó, a continuación, al último accidentado. Eran las 14.47 y habían pasado dos horas y media del accidente. Hasta aquí, la versión oficial.Sin embargo, la versión de un testigo es muy distinta. Según declaró ayer, dos vehículos chocaron en el kilómetro 1. 'Se trataba de un todoterreno y un Seat Toledo de color rojo. Hubo tres heridos'. 'Luego vinieron dos ambulancias [Cruz Roja y Protección Civil]. Una de ellas [Cruz Roja] se llevó a dos de los heridos, pero quedó un tercero, el conductor del Seat Toledo, tendido en el suelo. Tenía una herida grande en la cabeza y se retorcía de dolor. Los chicos del puesto de Protección Civil se quedaron junto a él, pero dijeron que no lo trasladaban porque debía ser un médico quien lo ordenase'.

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Y continúa: 'Pedimos más ambulancias, pero nos dijeron que no había ninguna disponible de guardia. Era indignante, nadie venía. La Guardia Civil sacó los vehículos de la carretera para que no hubiera más accidentes, porque los coches se habían quedado cruzados, pero el herido seguía en la cuneta. Fue impresionante. Pedí que lo subieran a una camilla, pero los de Protección Civil no se atrevían'.

'A las dos y media llegó una ambulancia de la empresa González (que contrata el Summa), levantó al chaval, lo metió en la ambulancia y se lo llevó a Madrid', añade. 'En mi vida había visto algo semejante. No entiendo cómo alguien puede permanecer dos horas y media en la cuneta sangrando, aunque sea un herido leve', añade.

Los servicios regionales de emergencias negaron las afirmaciones de este testigo. Insistieron en que el joven accidentado, el último en ser recogido, no se retorcía de dolor y que no permaneció en la cuneta, sino sobre una camilla. Explicaron que la aparición de un cuarto herido -la persona que se quejó de dolores en el cuello a las 13.37- impidió a la única ambulancia disponible (la de Protección Civil) trasladar a dos personas a la vez para evitar que una se quedara sola. Por eso que se esperó a la llegada de una ambulancia de Madrid, a unos 40 kilómetros.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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