Bolsa y valor
La teoría financiera estipula que los mercados bursátiles deberían tender a reflejar el valor actualizado de los dividendos futuros de las empresas cotizadas. No obstante, la práctica reciente muestra que, si bien dicho reflejo resulta a menudo difícilmente explicable, lo que es irrefutable es que el comportamiento conjunto del mercado tiene cada vez mayor influencia sobre el performance de las compañías. Es decir, el mercado determina el valor de las distintas sociedades, pero, a su vez, condiciona el futuro de las mismas.
La evolución reciente de los mercados muestra un círculo pernicioso caracterizado por la existencia de una débil coyuntura económica que influye negativamente en los resultados empresariales y, por tanto, sobre su cotización, empujando sus precios a la baja y alejando los síntoma de recuperación económica.
Hay un círculo pernicioso en el que la débil coyuntura económica influye negativamente en los resultados empresariales y en las cotizaciones
Tanto el efecto riqueza, o deterioro del consumo familiar ligado a las pérdidas latentes, como el incremento de los costes de financiación y de capital de las compañías como consecuencia de excesos del periodo anterior y la volatilidad existente, han tenido un impacto importante en la traslación de los negativos comportamientos de los mercados bursátiles a la actividad real de las compañías.
A ello hay que añadir el efecto directo sobre los beneficios empresariales de las provisiones a efectuar sobre inversiones registradas en sus activos.
Este círculo se ha producido tanto en los mercados anglosajones -donde la Bolsa ocupa un peso importante en la economía doméstica- como en la economía europea y en la economía japonesa, más bancarizadas, pero que cuentan con una alta concentración de participaciones empresariales en las entidades financieras.
Todo ello tiende a indicar el efecto determinante que los mercados bursátiles poseen sobre las compañías cotizadas.
Queda aún por analizar la cuestión sobre el grado de fiabilidad con la que dichas cotizaciones reflejan el estado y expectativas reales de una empresa. Éste es el caso de los dos principales bancos españoles que, tras las caídas de los últimos meses, cotizan a niveles cercanos a su valor en libros, lo que indica que el mercado no considera, como generador de valor al accionista, el crecimiento a largo plazo de ambas entidades, o lo que es lo mismo, que su valor coincide con su neto patrimonial.
Pablo Mañueco y Alberto Segurado, Analistas Financieros Internacionales.
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