Incendio

En relación con el incendio ocurrido en la calle de Julio Romero, quisiera hacer algunas consideraciones sobre informaciones aparecidas en los medios de comunicación. Soy bombero del Ayuntamiento de Madrid y, como tal, para evitar las sospechas de corporativismo, no voy a entrar a valorar el trabajo realizado en este siniestro.

A menudo nos encontramos en nuestras actuaciones con ciudadanos que nos acusan de tardar mucho en llegar a los siniestros, como ha ocurrido en este caso. Para que los servicios de emergencia sepan de la existencia de un incidente, previamente alguien los debe avisar. Según cita su diario, una vecina de este inmueble llamada Enma dice: 'Hemos oído una explosión a las diez y media de la mañana y, al poco, hemos visto mucho humo', y luego asegura que 'los bomberos tardaron muchísimo en venir'. El primer aviso que reciben los bomberos en relación con este incendio es a las 11.39, como se podrá comprobar en el registro de llamadas de la central del teléfono 080, es decir, algo más de una hora después de haber oído aquella explosión. Con esto quiero decir a los vecinos que no piensen 'alguien habrá llamado', sino que llamen ellos mismos a los servicios de emergencia para poder valorar si se tarda o no en llegar, independientemente de otros factores como pueden ser el tráfico, la distancia, los aparcamientos indebidos, las obras, etcétera.

En relación con las autoescalas, algunos vecinos critican el hecho de que 'sólo' se alcanzase la novena planta. Demasiado alto se llegó teniendo en cuenta las características arquitectónicas, de diseño y de accesibilidad del edificio, aparte de que no existen autoescalas, ni aquí ni en otro lugar del mundo, con una altura mayor de 50 metros, en condiciones óptimas de emplazamiento.

En definitiva, quisiera concienciar a la gente de que no duden en llamar ellos mismos a los servicios de emergencia. De esa forma, además de evitar esperas angustiosas, podremos asegurar, con elementos de juicio, si se tarda mucho o no en llegar a los siniestros.