Del impulso de 1982 a la "pulsión de cambio" de 2004

Veinte años después de la primera victoria electoral del PSOE, la nueva dirección encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero quiere analizar y 'poner en valor' lo que significó para España la estancia en el poder de ese partido político. Las conmemoraciones que acaban de empezar no quieren ser, sin embargo, un estancamiento en el pasado sino la excusa para proclamar que otro cambio como aquél es posible para las elecciones de 2004. 'No estamos contemplando el presente desde el pasado; estamos simplemente analizando lo que fueron los años de gobierno socialista', precisó ayer Zapatero. La defensa que el líder socialista y su equipo hacen de esos años ha provocado ya en el PP reacciones muy críticas que dibujan un retrato muy oscuro de esa época. 'Nuestro análisis no debería producir tanta susceptibilidad en algunos; deberían estar más serenos, más tranquilos, más calmados, que son buenas virtudes cuando se gobierna', dijo Zapatero.

Es verdad que el primer acto de celebración del 20º aniversario, organizado por la ejecutiva federal junto a la Fundación Pablo Iglesias, que preside el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, ya fue polémico.

La noche del miércoles, el secretario de organización del PSOE, José Blanco, alabó la 'armonía' con que los gobiernos de Felipe González avanzaron en el desarrollo del Estado autonómico, con diálogo y consenso, con tensiones pero sin que nunca hubiera 'riesgo'. Sin duda, Blanco, de manera implícita, estaba acusando al PP de no llevar con buen tino las relaciones entre autonomías, algo que forma parte del debate interno del PSOE de las últimas semanas. Para Zapatero, lo que ha manifestado su secretario de organización no tiene tacha ya que 'fue una valoración objetiva de una etapa que supuso consolidación autonómica y estabilidad constitucional'. 'Fue un mérito de la sociedad española, pero permítanme que añada que se produjo bajo un gobierno que presidía un socialista', apostilló.

Ese socialista era González y algunos de sus ministros participarán en las jornadas en el Círculo de Bellas Artes que culminarán el día 24 con la clausura a cargo de Zapatero. No por casualidad su nombre es La España del cambio. La España del futuro, porque, a decir de sus organizadores, quieren unir el cambio de 1982 con la 'pulsión de cambio' a la que aspiran para las elecciones de 2004. Políticos socialistas, historiadores, sociólogos y periodistas analizarán esa etapa. Pero los intervinientes con carné socialista, es decir, ex ministros y dirigentes actuales, no dudarán en poner el énfasis en las carencias del actual Gobierno y la necesidad, a su juicio, de una nueva victoria del PSOE.

Falsear la historia

Así lo hizo ayer el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas. Primero acusó al Gobierno del PP de 'ensombrecer y falsear la historia de lo que fue la etapa socialista'. Pero enseguida miró al futuro para señalar que 'ha habido retrocesos significativos que hacen urgente el cambio'. Rafael Simancas citó las tensiones en el Estado autonómico ante las 'crecientes reivindicaciones nacionalistas', el retraso educativo y la inseguridad.

También participaron en la jornada de ayer, bajo el título La consolidación de la democracia, Rafael del Águila, Gabriel Jackson y Julián Santamaría, entre otros. En próximos días intervendrán, junto a otros políticos, los ex ministros Enrique Barón, Pedro Solbes, Carmen Alborch, Matilde Fernández y el ex vicepresidente de la Comisión Europea Manuel Marín.

Algunos ex ministros de Felipe González se han molestado por no estar invitados.