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Columna
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Respeto

Comentaristas hay, y yo entre ellos, que pensábamos que las formas y maneras de algunos dirigentes del PP andaluz iban a cambiar después del congreso de Granada. Ha sido una esperanza vana porque ya en el mismo acto congresual José María Aznar y Mayor Oreja se despacharon a gusto. Pero es que ahora alcanza tintes verdaderamente preocupantes. No es saludable que los novatos quieran emular a los históricos. Deprimente Antonio Sanz, con cara crispada y manojo de papeles apretados con rabia, cuando seguido de su rebaño abandona el Parlamento después de acusar a la Cámara de 'falsificación' la corrección formal de una pregunta del PSOE. No extraña la cara del presidente, Javier Torres Vela, sin dar crédito a lo que estaba oyendo. Es un asunto muy grave que no se puede despachar, como pretende Sanz, con medias disculpas. Si no podemos confiar en una institución como el Parlamento mejor sería militar en las filas de Obiang, en Guinea. Estos errores se pagan en las urnas, lo malo es que resulta complicado recomponer lo roto por Sanz.

Se tiene la sensación en los ambientes sensatos del PP-A, que los hay, que Sanz sustituirá a Teófila Martínez en el uso del lenguaje, en la provocación y sacarse de la chistera acusaciones sin fundamento. Parece un caballo desbocado que estuvo mascando freno mucho tiempo y al que ahora parecen haberle soltados las bridas.

Y respeto a los marchadores del PER. No se entiende el silencio del PP andaluz, de Teófila Martínez. Zaplana ha querido desactivar la marcha, la concentración de mañana en Madrid, pero no parece que vaya a conseguirlo. Se han dicho tantas majaderías sobre la Andalucía subsidiada y cautiva del voto que no parece sea fácil restañar las sandeces vertidas en los papeles.

Como tampoco se entiende el nulo respeto al futuro de Málaga y de las generaciones venideras cuando los Pinares de San Antón, en Málaga, se hayan convertido en un centro de entrenamiento para atletas rusos, con zonas residenciales y de alojamiento en uno de los pocos pulmones verdes que le queda a Málaga. Abogo porque al alcalde Francisco de la Torre, le dediquen una calle, una plaza o una pista de padle.

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