Asesinado el hijo de 11 años de un banquero alemán pese a que el padre pagó un rescate
El criminal intentó hacerse amigo de los dos hermanos mayores y lo logró con la víctima
Durante semanas, el asesino trató de trabar amistad con los dos hermanos mayores de Jakob von Metzler, de 11 años, heredero de una de las familias de banqueros más antiguas y conocidas de Alemania. Sin éxito. Pero finalmente lo logró con el pequeño, a quien secuestró y asesinó el viernes pasado, según la policía. Los agentes encontraron ayer en un lago cerca de Francfort un hatillo con el cadáver del niño, tras haber detenido e interrogado a un joven estudiante de Derecho de 27 años, a quien acusan del crimen.
'Me resulta imposible describir la desolación de sus hermanos mayores, al descubrir que ése es el hombre que también trató de hacerse amigo de ellos', dijo ayer Harald Weiss-Bollandt, el jefe de la policía que ha dirigido la operación, tras hablar con los hermanos de Jakob, un chico de 17 años y una chica de 16. En el apartamento del sospechoso, la policía ha descubierto parte del millón de euros que los Metzler habían ya pagado como rescate.
El crimen ha conmocionado a Alemania. Friedrich von Metzler, 59 años, el padre de Jakob, es una de las personalidades más conocidas del mundo financiero alemán. Y también del filantrópico: en los últimos años ha gastado millones de euros en obras sociales. Su familia fundó la Banca Metzler en 1674, y el negocio ha pasado de padres a hijos durante 11 generaciones, hasta hoy, lo que la convierte en el banco privado más antiguo del país. Jakob y sus hermanos formaban la duodécima generación.
La policía, que en los últimos días había lanzado una gigantesca operación de búsqueda en varios lagos cercanos a Francfort, pudo ayer finalmente establecer con cierta precisión lo sucedido. Fue corto y brutal. A las once de la mañana del pasado viernes, Jakob volvía a su casa desde la escuela. Era su último día de clase antes de las vacaciones de otoño. Se le vio bajar del autobús. Una hora más tarde, al mediodía, sus padres recibieron una nota que les exigía un millón de euros a cambio de la vida del muchacho. Poco después, el mismo viernes, fue asesinado.
Sin imaginarse que su hijo ya había muerto, Von Metzler llamó a la policía. El rescate se pagó el domingo. La familia colocó el dinero en el lugar convenido, vigilado por agentes especiales, que siguieron al joven que acudió a recoger los billetes. Cuando al día siguiente, en contra de lo convenido, Jakob no fue puesto en libertad, los expertos de la policía sospecharon lo que había sucedido y detuvieron al joven, un estudiante de Derecho en su último año de universidad. Su interrogatorio llevó ayer al descubrimiento del cadáver.
Alemania es un país con índices de criminalidad relativamente bajos, pero a cambio tiene una larga historia de secuestros de herederos, siempre de dinastías muy conocidas. En 1996, Jan Philipp Reemtsa, heredero de una fortuna en la industria tabaquera, fue liberado tras exigir y cobrar un rescate de 14 millones de euros. Y en los años setenta, el país vivió una oleada de secuestros del mismo estilo perpetrados por la banda Baader-Meinhof.
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