El Athletic enciende las alarmas
El Athletic parece un semáforo permanentemente en rojo. Todas las alarmas encendidas, descontrol absoluto, abulia ofensiva, inocencia defensiva, una cierta apatía colectiva, ausencia del uno contra uno como jugada futbolística. En resumen, nada de nada. En conclusión: ayer le ganó nadie, el Mallorca, un equipo que envió más balones fuera que dentro del rectángulo, que tenía en Nadal un aliado del Athletic, que encontraba en Lozano un futbolista que paraba a su equipo más que le lanzaba. Y aún así, perdió el Athletic. Con justicia, sin vergüenza (el primer gol fue un monumento a la desaplicación defensiva) y sin aparentar en ningún momento el más mínimo detalle ofensivo.
Hoy por hoy, el Athletic no sabe jugar al fútbol. Hace lo que prevé el defensa que va a hacer, tiene en el centro del campo futbolistas mediocres, sin tacto, ni pausa, ni criterio. Todo su fútbol se asemeja a esas películas mil veces repuestas en cines de barrio. Da igual que tengan cortes: siempre ocurre lo mismo. En 90 minutos sólo fue capaz de gestionar una ocasión de gol en una dejada de Urzaiz a Etxeberria en el minuto 63. La siguiente aparición de Urzaiz fue en el minuto 85 en una acción personal.
ATHLETIC 0| MALLORCA 2
Athletic: Lafuente; César (Tiko, m.61), Lacruz (Larrainzar, m. 45), Murillo, Larrazabal; Óscar Vales, Gurpegi; Etxeberria, Arriaga, Yeste (Ezquerro, m. 81); y Urzaiz. Mallorca: Leo Franco; David, Nadal, Niño, Poli: Robles, Lozano; Novo, Ibagaza (Marcos, m. 75), Riera (Campano, m. 88); y Pandiani. Goles: 0-1. M. 31. Álvaro Novo recupera un balón que había salido por la línea de fondo, quiebra a Larrazabal, aprovecha el pasillo de Murillo y su centro lo empuja a trompicones Robles. 0-2. M. 73. Centro de Álvaro Novo desde la banda derecha y Larrainzar, en su intento de despeje, introduce el balón en su propia portería. Árbitro: López Nieto. Amonestó a César, Lacruz, Gurpegi, Robles, Lozano y Niño. Unos 35.000 espectadores en San Mamés.
Fin. Nada más. El resto fue cosa del Mallorca. Lo bueno y lo malo. Lo mejor lo hacía Álvaro Novo, un chico aplicado que aprovechó la ineficiencia de Heynckes en el planteamiento para usar su carril. Ocurre que a Heynckes la ha entrado la vena vangaaliana: es decir, todos por el centro (o sea, jugamos con un extremo, Etxeberria, al que abrasamos siempre en desventaja y metemos a Yeste a jugar de nada). Conclusión: nadie tapa la banda izquierda y los problemas se acumulan para el Athletic, poco prodigioso en defensa. Por ahí llegaron los dos goles e incluso un tercero, anulado a Pandiani por fuera de juego.
Tiene el Athletic el aspecto de un guiñapo, de un equipo frágil, incapaz de aprovechar las carencias del Mallorca con el balón e insolvente en el juego. Es decir, hoy por hoy no es nada, ni un asomo. Al menos el Mallorca supo aprovechar las ocasiones que le concedieron. No las buscó, pero las encontró. Ahí está su mérito. Algo sólo comparable a la paciencia del público para aguantar 90 minutos de aburrimiento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.