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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El efecto Irak en las elecciones

Soledad Gallego-Díaz

Los dirigentes del PSOE analizan estos días el papel que ha desempeñado en la apretada victoria del canciller Gerhard Schröder su posición crítica sobre un ataque militar norteamericano contra Irak sin el respaldo de la ONU. Los datos del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) parecen indicar que la decisión de Schröder de rechazar, y denunciar, la nueva teoría del ataque preventivo de Washington le aportó un decisivo puñado de votos.

Las críticas del SPD eran además especialmente delicadas justo cuando Alemania estaba a las puertas del Consejo de Seguridad de la ONU como miembro no permanente (es decir, para los próximos dos años). En la misma situación, es decir, también a punto de entrar en el Consejo de Seguridad, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, optó justamente por la posición contraria: dar su pleno respaldo a Washington.

A la espera de acontecimientos, la oposición se basará en la subida de precios, pérdida de ahorro y recortes en la política social, especialmente en paro y educación

La crisis de Irak, y su posible desenlace como un conflicto armado, está introduciendo un nuevo elemento en los análisis electorales de medio mundo. En el caso español, lo que está más a la vista no son unas elecciones generales, sino unas municipales, en abril de 2003.

El PP insiste en que el éxito o el fracaso de las municipales correrá todavía a cargo de Aznar y no del candidato a su sucesión, que aún no será conocido en esas fechas. 'Alguna ventaja tenía que tener esta extraña incertidumbre', ironiza un diputado popular partidario de adelantar la designación del candidato.

Para el PSOE, por el contrario, está claro que los resultados correrán a cuenta de José Luis Rodríguez Zapatero. Así que sus asesores se empeñan en preparar cualquier posible escenario.

Nadie puede descartar que las elecciones coincidan todavía con los efectos políticos, psicológicos y, sobre todo, económicos de una guerra que empezase, quizá, en enero o febrero. Irak se convertiría en ese caso en un elemento insoslayable de la campaña electoral. Y, dadas las características de organización interna del PSOE, el peso de ese debate tendría que recaer personalmente en el propio Zapatero, sin intermediarios ni colchones.

El secretario general no dispone de un portavoz oficial o de alguien que cubra con credibilidad y reconocimiento público el sector internacional (la actual responsable de esos temas, Trinidad Jiménez, sería en esos momentos exclusivamente candidata a la alcaldía de Madrid).

Adelantar las andaluzas

A la espera de acontecimientos, los socialistas siguen pensando que el mayor desgaste del Gobierno se está produciendo en el área económica y social. Según el análisis de la ejecutiva, los ciudadanos están notando tres cosas: una importante subida de precios, una pérdida de ahorros provocada por el hundimiento de las bolsas y de los fondos de pensiones y una mayor incertidumbre en los mecanismos de protección social, incluido, lo que es muy importante, los sistemas de becas y apoyos para una educación pública e igualitaria.

Sobre estos tres puntos se basará, pues, la estrategia del PSOE para los próximos meses. 'Seguiremos insistiendo también en los temas de inseguridad ciudadana', asegura un dirigente socialista especializado en el tema. La ejecutiva, afirma, no teme que la crítica sobre el aumento de la delincuencia se convierta en un bumerán con ciudadanos exigiendo seguridad por encima de todas las cosas, como pareció suceder en Francia. 'Aquí, el responsable de esta inseguridad es el afán de la derecha por recortar el gasto público'.

La ejecutiva socialista se siente además en este momento especialmente fuerte. 'Ésta es la ejecutiva del PSOE hasta el año 2004. No va a haber cambios. Ninguno. Nada', asegura uno de sus miembros. El equipo, incluidos los más débiles, permanecerá en su puesto hasta que acabe su mandato, porque nadie en la ejecutiva, empezando por los más fuertes, quiere abrir una cuña en la organización.

'Todos saben ahora que esto es lo que hay; quienes quieran seguir teniendo un papel relevante en política saben que la única forma es integrándose en este proyecto concreto', asegura otro destacado miembro de la dirección socialista. Admite, sin embargo, que todo dependerá de los resultados electorales. ¿En qué cifrarán la victoria? 'En tener más votos en el conjunto de España que el PP', asegura, aunque admite que la batalla por Madrid tendrá una significación especial.

'Si todo sale bien en las municipales y en las catalanas, nos plantearemos adelantar las elecciones andaluzas. Están previstas para 2004, junto con las generales, pero si estamos seguros de ganarlas quizá las adelantemos', anuncia. Se trataría de apuntarse otro éxito antes de las generales.

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