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CRISIS EN LA FEDERACIÓN NACIONALISTA

La oposición señala que comienza la descomposición de Convergència

Los partidos de la oposición acogieron ayer el abandono de Convergència Democràtica por Pere Esteve como la primera gran muestra de que el partido de Jordi Pujol camina hacia su ocaso. 'Es un inicio de descomposición que esperábamos para después de las elecciones autonómicas, pero que llega antes', dijo el portavoz del PSC, Miquel Iceta.

Para los socialistas es especialmente significativo que Esteve haya decidido abandonar CiU justo en el momento en que la federación de Jordi Pujol intenta distanciarse del Partido Popular (PP), en el último tramo de la legislatura: 'Es un torpedo a la línea de flotación de CiU', señaló Iceta.

El líder de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, compareció con una sonrisa de oreja a oreja para dar la bienvenida a la baja de Esteve. 'Es todo un señor y esperamos colaborar con él en el futuro'. Y después recordó que el portavoz de CiU en el Parlament en la anterior legislatura, Raimon Escudé, se ha afiliado a ERC.

Carod elogió la 'coherencia, valentía y dignidad' del ex secretario general de Convergència por haber sabido defender en público y en solitario como en los últimos años una posición que otros dirigentes de su partido compartían en voz baja. 'Le comprendemos muy bien: debía de pasárselo muy mal en una fuerza que sólo baila al ritmo de PP', dijo.

Los republicanos consideran que la decisión de Esteve confirma la validez de las críticas que lanzan contra CiU desde que Jordi Pujol escogió al PP como aliado en detrimento de la propia ERC. En los últimos tiempos, la relación de Esteve con ERC y con la plataforma de activistas nacionalistas animada por Miquel Sellarès ha sido muy fluida. En estos medios se considera muy probable la confluencia de Esteve con ERC, aunque no de forma inmediata.

El presidente de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Joan Saura, consideró que el desplante de Esteve 'es una expresión de la decadencia de la federación nacionalista'. A su juicio, la renuncia demuestra que lleva razón la izquierda cuando advierte de la supeditación de CiU al PP.

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Los dirigentes de este partido, en cambio, prefirieron ser más discretos. El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, se limitó a expresar su 'respeto' por la decisión de Esteve, y su secretario general, Rafael Luna, evitó opinar para no inmiscuirse, dijo, en asuntos internos de otro partido.

En cambio, el ex líder regional Aleix Vidal-Quadras, hoy militante del PP en Madrid, no dejó escapar la ocasión para regodearse con la crisis de CiU y exhibir su ironía. En declaraciones a Ràdio Barcelona, afirmó que 'a la larga' es posible que su partido y CiU se acaben fusionando, siempre y cuando Convergència 'abandone sus planteamientos nacionalistas extremos'. 'Estaría muy bien que el nacionalismo radical quedara fuera de CiU', declaró Vidal-Quadras, quien añadió que la 'actual colaboración' entre ambos partidos 'podría cristalizar a medio plazo en un proyecto político basado en un catalanismo sensato y un autonomismo moderado'.

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