Memoria de ganadores

José Antonio Nieves Conde ganó el premio a la mejor película en 1956 en el Festival de San Sebastián, pero no se enteró hasta 15 años después. 'Fue por Todos somos necesarios, pero no recogí el premio ni en su día ni nunca, porque los productores de la película no me avisaron. Eran otros tiempos y éste era otro festival. Entonces ganar aquí no era tan importante como ahora'. Nieves Conde, de 90 años, subió anoche al escenario del Kursaal. Era el más veterano de los 42 directores, actores y productores que ayer representaron a las películas españolas y a los 64 cineastas españoles que alguna vez han ganado en San Sebastián. 'Han pasado 46 años y por fin me dan mi premio, no puedo quejarme', añadió Nieves Conde.

La actriz Marisa Paredes fue la encargada de presentar la llamada Noche de los premiados. Fue una gala emotiva que tuvo entre sus espectadores a Pedro Almodóvar aplaudiendo a sus compañeros premiados y que contó con la presencia de Francisco Aranaz y Francisco Pilarte, los dos que quedan vivos de los diez comerciantes que hace 50 años crearon el festival. Dos hombres que pidieron 'un milagro': 'que esta noche vengan aquí con nosotros los ocho amigos que se inventaron este festival. Pedimos paz y amor para esta ciudad de la cultura'.

Una gran foto familiar y una cena (patrocinada por Canal +) que, dentro de los actos organizados por Diego Galán (ex director del festival) para celebrar el 50º aniversario del certamen, pretendía reunir y rendir homenaje a las Conchas de Oro y de Plata, a las menciones o premios especiales del jurado que ha recibido el cine español a lo largo de medio siglo. 'No nos engañemos, esto es una reunión de jubilados', dijo José Luis García Sánchez. 'Figuración distinguida', añadió. '¿Que con qué película gané? Me parece que fue La corte del faraón'.

Victoria Abril (Concha de Plata por El Lute en 1987 y por Nadie hablará de nosotras... en 1995) llegó de París a media tarde. Imanol Uribe (ganador por El proceso de Burgos en 1979, y Concha de Oro por Días contados en 1994 y Bwana en 1996) lo hizo desde Sevilla. Una gran parte de los invitados acudieron en un avión fletado desde Madrid. Aitana Sánchez-Gijón (Concha de Plata por Volaverunt en 1999) viajó acompañada de su hijo; Ana Belén (dos menciones del jurado por Morbo, en 1972, y La corte del faraón, en 1985) hablaba animada con Juan Echanove (Concha de Plata por Madregilda, en 1993); Jaime Chávarri (premiado en 1977 por A un Dios desconocido) abrazaba a Gracia Querejeta (mención del jurado por Cuando vuelvas a mi lado, 1999); Montxo Armendáriz (Concha de Plata en 1986 por 27 horas, y de Oro en 1990 por Las cartas de Alou) se paseaba junto a Mulie Jarju, el actor que logró la Concha de Plata por Las cartas de Alou, y Miguel Picazo (premiado en 1964 por La tía Tula) se reencontraba con Basilio Martín Patino (Concha de Plata en 1966 por Nueve cartas a Berta). De todos, el productor Elías Querejeta ha sido (con ocho) el que más premios ha recibido.

'Estar aquí', dijo Picazo, 'es compartir un momento que fue inolvidable, es compartir parte de nuestras vidas'. 'Los que han faltado es por motivos de trabajo', explicó Ana Amigo, productora de la gala, en referencia a Pilar López de Ayala, Pepe Sacristán, Carmen Maura, Borau y Víctor Erice, entre otros. 'Festivales y política siempre van unidos', afirmó ayer Manuel Gutiérrez Aragón, premiado por Sonámbulos en 1978, Demonios en el jardín en 1982 y La mitad del cielo en 1986. 'En San Sebastián he visto pasar de los años del cine crítico al de las lágrimas. Los festivales son testigos de una época y de un país'.