Crecen las quejas de los presos
La masificación de las cárceles se siente también en los juzgados de vigilancia penitenciaria, que tramitan los recursos de los presos contra las resoluciones de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.
Del juzgado número 3 de Madrid dependen las reclamaciones de los internos de dos de los centros penitenciarios más saturados de la región, el de Alcalá-Meco y el de Valdemoro. Ambos superan ampliamente su 'capacidad operativa', el límite hasta el que una cárcel puede funcionar correctamente. Más de la mitad de sus celdas están ocupadas por dos reclusos.
Su titular, el juez José Luis Castro, asegura que la masificación de las prisiones ha repercutido claramente en los trabajos del juzgado. 'Desde hace varios meses, los asuntos que llevamos han aumentado sensiblemente y tanto yo como compañeros de otros juzgados [en Madrid hay tres Juzgados de Vigilancia Penitenciaria] estamos desbordados', asegura el juez, que añade: 'Creemos que es necesaria la creación de un nuevo juzgado'.
Castro se niega a dar datos sobre el número de asuntos, pero lo cierto es que los recursos de apelación contra sus resoluciones se han multiplicado por cinco en los últimos años. Mientras que en 1998 sólo se recurrieron ante la Audiencia Provincial 152 de sus resoluciones, en lo que va de año los recursos presentados son ya 950.
El juez cree que las medidas gubernamentales contenidas en el plan contra la delincuencia 'no mejorarán ni empeorarán' la saturación de las cárceles, pero está de acuerdo con la idea de prohibir el acceso al tercer grado para los condenados a más de cinco años hasta que no cumplan la mitad de la pena. 'Los que ingresan por primera vez en la cárcel no se verán perjudicados, ya que a ellos se les puede suspender la pena, con lo que no entrarían en prisión', asegura el juez.
A Castro también le gusta la sustitución de los arrestos de fin de semana por penas cortas de prisión. 'Los arrestos no cumplían la finalidad con la que fueron creados', asegura el juez. 'Son penas meramente retributivas que no sirven para la rehabilitación del condenado y en la mayoría de los casos la pena prescribía sin que se hubiera cumplido'.
El juez prefiere no opinar de la expulsión de extranjeros ni del nuevo cómputo de beneficios, que podría suprimir la libertad condicional para los reos con largas condenas.
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