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La frontera televisada

Las mafias de la droga y la inmigración ensayan nuevas rutas para eludir las cámaras de la Guardia Civil en el Estrecho

No hay más que fijarse en la fotografía: el Estrecho de Gibraltar, una frontera salvaje donde aduaneros y contrabandistas se la juegan desde siempre a base de picardía y valor, va camino de convertirse en un gran plató de televisión. Todo lo que sucede allá abajo -barcos que pescan la melva, cargueros que entran o salen del Mediterráneo, lanchas semirrígidas que vienen de Marruecos cargadas de hachís o pateras repletas de inmigrantes- será muy pronto retransmitido en directo.

Aunque el proyecto, llamado SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior), no estará plenamente operativo hasta el año 2005, ya funcionan algunas de las cámaras situadas en la costa de Cádiz, así como el centro de mando y control instalado en la comandancia de la Guardia Civil de Algeciras.

De día o de noche, la imagen del barco aparece nítida en uno de los ocho monitores
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Gráfico animado:: Vigilancia en el Estrecho

'No vamos a evitar que los inmigrantes sigan intentando llegar a nuestras costas', asegura el general Atilano Hinojosa, jefe del servicio Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil, 'pero sí vamos a disponer de una herramienta muy eficaz para luchar contra las mafias que trafican con drogas y con personas'.

La sala desde donde se controla todo el sistema está presidida por una gran pantalla -en el centro de la fotografía-. El sur de España y el norte de Marruecos aparecen en color amarillo, las poblaciones en verde y el mar, salpicado de barcos, en negro. Si la trayectoria de alguna embarcación llama la atención de los guardias, basta situar el cursor del ordenador sobre ella para que una de las cámaras térmicas o de infrarrojos la enfoque. Sea de día o de noche, la imagen aparece con nitidez en uno de los ocho monitores de televisión que rodean el panel principal.

'Si, como en este caso, se trata de una barca de pescadores', explica el teniente coronel Francisco Espinosa, jefe de la Comandancia de Algeciras, mientras señala uno de los monitores, 'el blanco queda descartado y continúa la vigilancia, pero si se trata de una embarcación sospechosa de transportar droga o inmigrantes todo el sistema se pone en marcha'.

Y el sistema, por el momento, incluye tres patrulleras y un helicóptero, además de las cámaras térmicas instaladas en varios vehículos y en tres estaciones fijas dotadas de potentes radares, rayos infrarrojos y objetivos de vídeo en blanco y negro.

'Hasta ahora', explica el teniente coronel Espinosa, 'había que estar físicamente en la playa, esperando los desembarcos, sin saber muy bien lo que se nos podía venir encima. Con este sistema, en cambio, podemos interceptar las embarcaciones. No sólo conseguiremos detener a los narcotraficantes antes de que lleguen a tierra, sino también evitar que muchas de las pateras naufraguen'.

No obstante, los mandos de la Guardia Civil dicen ser conscientes de que nada evitará que los inmigrantes sigan intentando cruzar el Estrecho para optar a una vida mejor. El general Hinojosa recuerda un dato: 'Hay mayor desproporción de nivel de vida entre los dos lados de la frontera de Ceuta que entre Tijuana y San Diego'. Además, las mafias que trafican con inmigrantes no renunciarán fácilmente a un negocio tan lucrativo.

De hecho, el día que este periódico visitó el SIVE en Algeciras ninguna patera intentó cruzar el Estrecho, pero nueve inmigrantes llegaron al puerto escondidos en el interior de un contenedor vacío. Uno de ellos murió asfixiado y los otros ocho estuvieron a punto de seguir su misma suerte. Se salvaron gracias a que la grúa que los trasladaba se estropeó momentáneamente y el maquinista pudo oír sus desesperados gritos de auxilio.

'Si usted viera como llegan algunos...' Son ya las cuatro de la madrugada y el guardia civil sigue mirando al mar, incansable tras unos prismáticos de visión nocturna. Sólo se oyen las olas que rompen ahí abajo, en la costa de Tarifa, y la respiración de los otros dos guardias que forman la patrulla. Los tres van vestidos de faena y ni sumando sus años conseguirían reunir edad suficiente para jubilarse.

El de los prismáticos va hablando bajito, ora de los inmigrantes, ora de los traficantes de droga, y su conversación alternativa se parece al discurso de un ventrílocuo. 'Si viera usted cómo llegan las criaturas', dice de pronto, 'tiritando de frío, con unos ojos que del miedo se les ponen así de grandes; a veces vienen mujeres embarazadas o con sus hijos recién nacidos y otras veces llegamos tarde y los tenemos que sacar del mar ya muertos'.

No ha pasado ni un minuto cuando su tono de voz y hasta su vocabulario cambian radicalmente. 'Esos hijos de puta se pasan todo el día buscándonos las vueltas, vacilándonos en los bares para darnos a entender que la noche anterior han conseguido colarnos un alijo de hachís'.

'Si se fija', continúa su relato sin dejar de mirar al mar, 'en el muelle de Algeciras, muy cerca de donde atracan las patrulleras, siempre hay tres o cuatro tipos rodeados de aparejos y con la caña puesta. Pues bien, uno de ellos no sólo está pendiente de la pesca. En cuanto ve que nos hacemos a la mar, coge el teléfono y avisa: oye, que los niños acaban de salir. Si esa noche, gracias a su información, los narcotraficantes consiguen alijar unos cuantos fardos, ellos se van a casa con 1.500 euros en el bolsillo. Se la tenemos jurada, ya caerán'.

El general Hinojosa anda preocupado por las expectativas que ha levantado el SIVE. 'Hay que tener en cuenta varias cosas. Una de ellas es que se trata de una tecnología que no existía en ningún otro lugar del mundo y que ahora andamos ajustando. Por otra parte, hasta el año 2005 no estará plenamente operativa. Aún falta por terminar el despliegue de Cádiz, luego seguiremos por Málaga y más tarde llegaremos a Almería y Huelva. También reforzaremos las cámaras móviles que ya tenemos en Canarias. Hay que tener en cuenta que el SIVE no sólo se circunscribe al Estrecho de Gibraltar sino a toda la frontera exterior de España, que también es la frontera exterior de Europa. De los 142 millones de euros que cuesta el sistema, sólo llevamos invertidos unos 27'.

Aun así, tanto el general como el teniente coronel aseguran que ya se está notando el efecto disuasorio del sistema. 'Se ha producido un efecto globo', dice el jefe de la comandancia de Algeciras: 'Al apretar por un lado, el aire se va para otro. En los últimos días hemos detectado un número considerable de desembarco de pateras en zonas de la costa donde el sistema aún no ha entrado en funcionamiento'.

'Y tenemos constancia de que los traficantes de droga', añade el general, 'están ya ensayando rutas alternativas que incluyen como punto de destino países de Europa con menos presión fronteriza que España'.

Centro de control en la comandancia de la Guardia Civil de Algeciras.
Centro de control en la comandancia de la Guardia Civil de Algeciras.GARCÍA CORDERO

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