Italia devolverá el crucifijo a las escuelas
Proyecto para implantarlo en espacios públicos
La ministra italiana de Educación, Letizia Moratti, ha destapado la caja de los truenos al anunciar que se ocupará de que el crucifijo vuelva a las escuelas, de las que había empezado a desaparecer. La ministra se ve apoyada por la ex secesionista Liga Norte, que presentó ayer un proyecto de ley para obligar a exhibir la cruz en todo espacio público, desde estaciones a aeropuertos, pasando por hospitales, tribunales y embajadas, bajo pena de seis meses de cárcel y multa de 500 a 1.000 euros.
La doble respuesta institucional se produce al hilo de las continuas protestas de comunidades musulmanas y de ciudadanos de a pie molestos por el uso de un símbolo religioso en las aulas de un Estado constitucionalmente laico. Moratti considera, basándose en una decisión del Consejo de Estado de 1988, que el crucifijo no puede atentar contra la libertad individual porque 'es un símbolo de la civilización cristiana, de sus raíces históricas y de su valor universal, que son elementos esenciales del patrimonio histórico y cultural de nuestro país'. Una declaración sospechosamente cercana a la intervención del Papa del pasado domingo, cuando llamó a los católicos a fijar 'su mirada en este signo central de la Revelación', tanto más importante en un mundo en 'proceso de secularización'.
La Liga Norte enarbola su proyecto de ley como respuesta a las comunidades islámicas, que batallan por la supresión de la cruz de los lugares públicos. Los autores de la ley, apoyada por 70 parlamentarios entre los que figuran bastantes nombres de la oposición, consideran 'inaceptable' renunciar al derecho de exhibir el Crucifijo. Federico Bricolo, viceportavoz de la Liga en la Cámara de Diputados, y primer firmante del proyecto, aseguró que el Crucifijo presidirá también las salas del Parlamento.
Amos Luzzato, presidente de la Unión de Ccmunidades Judías en Italia se declaró molesto por esta ofensiva del Gobierno de centroderecha. 'Es cierto que Italia es mayoritariamente católica', declaró, 'pero no es buena señal que una mayoría imponga sus símbolos a una minoría'. Mientras, la Unión de Musulmanes ha anunciado que está dispuesta a acudir al Tribunal de Estrasburgo.
La polémica no es nueva en Italia. Aunque el símbolo cristiano es constitucional desde 1988, el Tribunal Supremo acogió con una sentencia de 2000 el recurso del interventor de una mesa electoral que abandonó su puesto por la presencia de un crucifijo en la sede electoral.
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