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Política a destajo

Teófila Martínez ha evitado ejercer un control férreo sobre el Partido Popular en sus tres años de mandato

Luis Barbero

Teófila Martínez encara a partir de hoy su segundo congreso como presidenta del PP andaluz con la idea de asentar el trabajo y el equipo que ha ido cimentando en los últimos tres años. A lo largo de estos tres días Martínez estará concentrada en una cita en la que no se prevé ninguna sorpresa y en la que se olvidará, aunque sólo sea por unas horas, de las otras responsabilidades que asume.

Y es que Martínez, de 54 años, es, probablemente, una de las políticas en activo que más cargos orgánicos o institucionales acumula hoy por hoy. Además de presidenta del PP andaluz, es alcaldesa de Cádiz, parlamentaria autonómica, presidenta de su grupo en el Parlamento andaluz y senadora, además de otras actividades derivadas de estos puestos.

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¿Tiene Teófila Martínez tiempo para rendir al 100% en cada uno de estos foros? Ella dice que sí y que la clave es madrugar, organizarse y trabajar mucho.

En su papel como presidenta del PP andaluz y líder de la oposición en el Parlamento autonómico, Martínez ha realizado en este tiempo una labor no exenta de crítica, incluso desde sus propias filas, aunque en este caso bajo cuerda.

Absorbida en muchas ocasiones por su principal vocación, la alcaldía de Cádiz, Martínez no ha ejercido un control férreo ni sobre su partido ni sobre la actividad de su grupo parlamentario, lo que ha causado reproches acerca de la debilidad de su liderazgo en el PP, comentarios a los que ella no da excesiva importancia. Estas tareas de seguimiento diario han corrido a cargo de su número dos en ambos casos: Antonio Sanz, secretario general del PP y portavoz en el Parlamento autonómico.

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Este trabajo de codo con codo ha causado más de una fisura entre ambos, pero finalmente se ha optado por dar continuidad a un equipo formado en 1999, cuando el PP andaluz se quedó huérfano de su gran referente: Javier Arenas.

En el día a día, Martínez ha tenido que ir acostumbrando a los que la rodean, la mayoría muy próximos a Arenas, a su propio estilo, aunque esto haya supuesto más de un disgusto en el partido y en el grupo parlamentario.

Un ejemplo: Martínez eludió preguntar en el Parlamento andaluz al presidente de la Junta, Manuel Chaves, sobre el más que polémico relevo de titular en la Consejería de Turismo. Cuando desaprovechó esta oportunidad para poner en un brete a Chaves sobre la minicrisis en el Gobierno autonómico que le organizó el Partido Andalucista, más de un diputado popular se quedó perplejo, perplejidad que se ha repetido más de una vez, pero que no ha pasado a mayores.

Desde la plataforma del Parlamento, que se le brinda cada dos semanas en la sesión de control al Gobierno, Martínez ha desarrollado su actividad a piñón fijo, al margen de tal o cual polémica política de actualidad. Así, desde las elecciones de 2000 ha puesto especial empeño en interrogar a Chaves, de una y mil maneras, sobre la convergencia de Andalucía, tanto la interna como con otras comunidades.

Su oratoria parlamentaria también ha chirriado en ocasiones, como cuando reprochó a Chaves que él fue hijo de un militar durante el franquismo y ella la hija de un ferroviario.

En su faceta como presidenta del PP, Teófila Martínez está teniendo que lidiar en los últimos meses con varias crisis derivadas de los congresos provinciales de 2000 y de la formación de las candidaturas a las elecciones municipales del año próximo.

Pese a su preferencia por no inmiscuirse en el reparto interno del poder o en las escaramuzas domésticas, que le disgustan sobremanera, Teófila Martínez se ha visto obligada a terciar más de una vez. En el caso de Córdoba, para decidir, junto a Arenas, la disolución de la dirección provincial que presidía el senador Enrique Bellido, que inicialmente centró sus críticas en Arenas y Sanz y salvó de la quema a Martínez. Bellido esperaba la comprensión de Martínez hacia sus tesis, pero al no recibirla también la ha responsabilizado de la monumental crisis que vivió esta organización, dirigida todavía por una gestora.

En Almería, donde el ex alcalde Juan Megino fue apeado de la candidatura a las elecciones municipales, Martínez ha optado, personalmente, por una vía más conciliadora. De hecho, el miércoles habló telefónicamente con Megino, según dijo éste, para convencerle de que aceptara un puesto en el Comité Ejecutivo Regional del PP. Megino acogió la propuesta aunque todavía baraja la posibilidad de presentar una candidatura independiente.

La forma de Martínez de entender la política, a destajo, pasará en los tres próximos días su segundo examen regional.

El contacto con Madrid de la senadora

Entre 1989 y 2000, Teófila Martínez fue diputada en el Congreso por la provincia de Cádiz, época en la que formó parte del círculo de dirigentes más próximos a José María Aznar, especialmente a través de su amistad con el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato. Cuando en 2000 compareció como candidata en Andalucía, Martínez no renunció a mantener este contacto con Madrid y fue elegida senadora en la cuota de representantes del Parlamento andaluz. Y es que Teófila Martínez mantiene que este ir y venir entre Cádiz, Sevilla y Madrid es positivo para los intereses del PP en Andalucía. Cuando alguna vez se le ha preguntado por qué no abandona el Senado, donde sus intervenciones son más bien escasas, para centrarse en las otras tareas que acumula, ella aduce que de esta manera puede comunicarse directamente con los ministros del Gobierno de José María Aznar y conseguir más atenciones de éstos con la comunidad. De hecho, en alguna ocasión se ha trasladado a Madrid con sindicatos y patronal para intentar mediar en el traspaso de las políticas activas de empleo a Andalucía, aunque estas negociaciones no han fructificado. El Senado celebra plenos los martes y los miércoles, cada dos semanas, coincidiendo casi siempre con los del Parlamento andaluz, que los celebra miércoles y jueves. Teófila Martínez suele acudir al Senado los martes, para al día siguiente desplazarse hasta Sevilla. En el Senado es portavoz en la Comisión General de las Comunidades Autónomas y miembro de la ponencia que estudia la reforma de la Cámara alta.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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