Mas sondea a destacados militantes para un cambio de Gobierno

El conseller en cap, Artur Mas, vuelve a barajar uno de sus deseos: tener un Gobierno a medida y afrontar con él lo que resta hasta la celebración de las autonómicas de 2003. Con este objetivo ha recabado la opinión de destacados militantes de la federación, según fuentes de CiU. El eventual cambio de Gobierno se efectuaría tras el debate de política general que se celebrará los días 1, 2 y 3 octubre en el Parlament. Pero de momento todo ello no parece pasar el umbral del deseo. A Jordi Pujol, el hombre que debería ejecutar ese presunto proyecto, no le gusta la idea, dicen en CiU.

En esta legislatura se han visto cosas difícilmente creíbles: Pujol ha nombrado a Artur Mas sucesor. Y eso da alas a pensar que incluso sería posible ver una crisis del Gobierno catalán, para que Mas contase con un Consell Executiu a medida. Muchos dirigentes de CiU lo sugirieron en el pasado e incluso lo hacen ahora. Pero ayer en la ejecutiva de Convergència Democràtica nadie habló de ello. Pujol dio una lección de política sueca, con especial detenimiento en los resultados electorales de la izquierda y de los originales liberales del país escandinavo. Pero la intervención de Mas ante la ejecutiva de su partido, enfatizando su proyecto de futuro, dio alas a la noticia de un eventual cambio de Gobierno, que desde hace días corría por los ambientes políticos.

Todos la negaban, pero todos conocían el rumor de la crisis de Gobierno, un asunto que, por lo menos, Mas ha consultado con personas de su confianza, según fuentes de CiU. En el entorno del conseller en cap se negaba ayer tener conocimiento de cualquier reestructuración del Gobierno catalán. En la cúpula de Convergència i Unió -sostenían destacados dirigentes a este diario- el asunto no había sido planteado formalmente en las sesiones que periódicamente reúnen a Mas con Jordi Pujol y Josep Antoni Duran Lleida. Otras fuentes de Convergència afirmaron que la crisis que Mas pretende sería abortada por Pujol, quien continúa siendo el presidente de la Generalitat.

Pero todos apuntan, cuando menos, a una inquietud de Mas, a la voluntad de hacer lo que en la anterior crisis, en noviembre del año pasado, no pudo.

Lo que sí quedó ayer claro es que los Presupuestos de la Generalitat para 2003 no serán una ocasión para escenificar el desencuentro en las relaciones entre Convergència i Unió y el PP. Mas expresó ayer su determinación de no prorrogar los presupuestos, sino de intentar la aprobación del proyecto, al que ha situado como uno de los ejes de su programa. Por ello aseguró no tener 'inconveniente' en pactarlos con el PP, pero, eso sí, una vez presentados, sin negociaciones previas.

El conseller en cap quiere afrontar la recta final hasta las elecciones autonómicas del año próximo con un presupuesto que le permita imprimir su sello a una acción de gobierno que contará con importantes inversiones sociales.

Y el único camino que le queda a CiU es tener los votos de un PP, que, por su parte, no se los niega. 'No podemos subordinar los presupuestos a cuestiones de táctica electoral', dijo ayer el secretario general de CDC para expresar su intención de no utilizar el más importante proyecto de ley del Gobierno catalán para escenificar su distanciamiento del PP.

Mas aseguró que no hay conversaciones con el PP, pero que no hay 'inconveniente' en pactar los presupuestos sin que se alteren sus ejes, tal como ha venido sucediendo en los últimos años, apostilló. De hecho, en los últimos años los presupuestos llegaban al Parlament tras una negociación de líneas maestras con el partido que preside Alberto Fernández Díaz.

Los populares, por su parte, están dispuestos a votar los presupuestos a cambio de que se acepten enmiendas al proyecto de ley, tal como han reiterado en diversas ocasiones ante el temor de que desestabilizar al Gobierno del CiU pueda acelerar la eventual llegada a la Generalitat de los socialistas.

La decisión de Mas, que fue comunicada ayer a la ejecutiva de CDC sin que hubiera oposición, es uno de los ejes de este fin de curso de CiU, que galopa hacia las autonómicas. En las próximas semanas, el candidato tiene previsto presentar su proyecto de futuro para Cataluña, otro de los pilares de esta política con sello propio. 'En ese acto público explicaremos lo que queremos hacer en los próximos 10 años', manifestó.

Todo ello va orientado a mantener la escalada mediática que Mas y su equipo quieren administrar desde este inicio de curso hasta las elecciones de noviembre de 2003. Los presupuestos nuevos permiten articular un goteo informativo-propagandístico para todo el año que viene. 'En cambio, una prórroga presupuestaria sólo nos garantizaría una semana de protagonismo mediático', ironizaba ayer un dirigente de Convergència.

La orientación que han tomado Mas y su equipo presupone continuar con el apoyo del PP hasta donde se pueda. Y de momento nadie se plantea la ruptura. En las próximas semanas en el Congreso se da como probable el apoyo de CiU al decretazo, o a la eventual reforma de la Ley de Extranjería. Y es que aunque el Gobierno del PP no precise de los votos de CiU, éstos le hacen más llevadera su mayoría absoluta.