_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Crucifijo y capucha

Pobre David Delfín, que creía en su mensaje de liberación de la mujer y ha sido repudiado por todos en la pasarela donde presentaba la supuesta imagen de unas torturadas por las religiones y el machismo. 'La prensa se marchó', leo y me escandalizo: la prensa no se va cuando está pasando algo, no se retira nunca, ni cuando ante ella se cometen desmanes o se aporrea a un hombre tendido. Pero la prensa no es reacia a publicar las fotos de las modelos en sus primeras páginas, en alguna, 'torso nudo'. Y luego llegamos los columnistas, que encontramos buen tema.

Nuestra primera lección: buscar un tema fácil que pueda coincidir con los demás; como coinciden las fotos de primera y los editoriales sobre Nueva York. La segunda es otra alineación: con lo correcto, definido por quienes deben. Si las mujeres proclamaron el escándalo en el mismo desfile, seguir su ruta es siempre aconsejable. Surgen temas de 'machismo' y 'feminismo' siempre aprovechables. La tercera lección del buen columnista es la indefensión del atacado. Hay otras razones que pueden sembrar la confusión: ¿será judío el modista, que se llama (o elige el nombre) David Delfín, tan sefardita? Y así ataca a la religión católica -el crucifijo sobre el sexo- y la musulmana -el velo, la capucha-; ¿será homosexual?, y así se suma al desprecio a la mujer tan frecuente en los modistas. La más insistente: el escándalo es suyo, lo ha provocado para beneficiarse. Es una invectiva que se utiliza mucho. Es un terrorista estético, que ha ganado su partida: difundido, denunciado en una sociedad que no se escandaliza de nada. Las feministas militantes, que también se han alzado contra este ser, son contrarias, o lo eran, a los desfiles de moda y a las modelos, por su destrozo psicológico y físico de la mujer común.

Había otros modelos más engañosos para esa mujer que es la nuestra, la que vemos pasar por la calle: para mí lo más bello de la boda de Aznar, el gran éxito, fue el de Inés Sastre, Dios me libre de ella y de las que son así. Pero había una molestia psicológica: la entrada de la tragedia en lo frívolo, de lo significativo en lo superficial. Es un problema de mal gusto. Es un desorden estructural, si me permiten añadir esta frase a la línea del pensamiento político.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_