Riesgos de un estadio a medio hacer
El Betis asume su culpa en el apagón que obligó a suspender el partido con el Madrid
Esta vez no hay a quien cargarle el muerto. Ni el presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, ni ninguno de sus colaboradores han podido eludir la responsabilidad del club en los cortes del suministro eléctrico que obligaron al árbitro, Fernández Marín, a suspender el sábado el encuentro con el Madrid a falta de dos minutos para el descanso y con 1-0 en el marcador. Y es que, esta vez, el muerto se halla en una sala de máquinas del inconcluso estadio Ruiz de Lopera: el moderno transformador energético, situado en la parte renovada, se vino abajo diez minutos antes de que comenzase el encuentro y se hubo de recurrir al grupo electrógeno de emergencia, que sólo aguantó 43 minutos.
Ayer, después de haber tratado, sin éxito, de responsabilizar de los apagones a Endesa-Sevillana, nadie en el Betis encontraba una explicación a cómo un fallo de esta envergadura ha ocurrido en unas instalaciones nuevas, con apenas dos años de antigüedad. 'Aquí no se ve un cable viejo. Todas las máquinas son nuevas, están en garantía y me han costado un dineral', se apresuraba a explicar Ruiz de Lopera nada más suspenderse el partido ante el interruptor general de la instalación que, al arder, originó el fallo energético y del que no se tenía recambio. 'Si la instalación fuera más vieja, habría sido una negligencia nuestra, pero no es así', trataba de excusarse el presidente del Betis, que entonces achacó lo ocurrido a 'la mala fortuna'.
Pero no caben excusas. Según los responsables de Endesa-Sevillana, los cortes del suministro que sufrió el estadio se debieron a un fallo interno del sistema del estadio. En toda la noche, aseguraron, no se produjeron cortes en la zona adyacente al campo, donde el alumbrado público permaneció encendido mientras los más de 52.000 espectadores del recinto deportivo se alumbraban con mecheros y linternas.
Nada de fútbol gratis
El responsable de comunicación de Endesa-Sevillana, Jesús García Toledo, precisó que el problema se habría podido solucionar si el Betis hubiese contado con un interruptor de recambio, aunque la reparación habría llevado cierto tiempo. Pero la dejadez del club en este aspecto no queda ahí. Según explicó García Toledo, al estadio hace ya tiempo que no acuden operarios de la compañía durante la disputa de un partido como, de forma preventiva, se hace en todos. ¿El motivo? 'Lopera hace tiempo que dijo que no necesitaba ayuda ninguna, que eso de que la gente de Sevillana viera el fútbol gratis no le hacía ninguna gracia y no permitía el acceso a nuestros técnicos', explicó. Ahora, son tres los operarios que se encargan del mantenimiento elétrico: dos técnicos y su jefe, que es hermano de un cuñado de Lopera.
Si a la dejadez en el mantenimiento del estadio se suma la peculiar forma de ser del presidente del Betis, el resultado es el apagón que impidió que concluyese un partido sobre el que medio mundo tenía puestos sus ojos y que acabó en otro surrealista episodio protagonizado por Ruiz de Lopera.
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