Abierta la Ronda del Mig entre Cerdà y Diagonal tras un año de obras

Pocas veces cinco conos sobre el asfalto habían suscitado tanta expectación. Centenares de vecinos se congregaron ayer por la tarde en los puentes de la plaza de Cerdà de Barcelona dispuestos a contemplar en vivo y en directo la apertura al tráfico de la Ronda del Mig, tras más de un año de obras. A las siete en punto, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, acompañado de cuatro concejales, retiró los conos, inaugurando el que constituye el túnel urbano más largo de Europa, de 2,2 kilómetros que conectan la plaza de Cerdà con la avenida Diagonal.

El túnel completa la cobertura de este sector de la ronda, con los tramos entre la avenida del Carrilet y Constitució, por el sur, y Travessera de les Corts y Mejía Lequerica, por el norte. En su interior, la nueva vía tiene dos carriles y arcén en cada sentido, separados por un muro, y la velocidad máxima permitida es de 50 kilómetros por hora.

Las obras inauguradas ayer han costado 39 millones de euros. De éstos, seis se han destinado a medidas de seguridad y control, como detectores de temperatura y contaminantes, circuitos de televisión, postes SOS y equipos de gestión del tráfico, con paneles informativos, semáforos y megafonía que permite informar a los conductores del estado del tráfico.

Además, el túnel cuenta con un complejo sistema para casos de emergencia que consta de extractores de humo y un sistema de compuertas en el muro central. En estos casos, estas puertas permitirían desalojar a los conductores que se encontraran en el túnel afectado por la incidencia. Previamente, un sistema de barreras cortaría el acceso de nuevos vehículos.

La apertura de la Ronda del Mig coincide con el incio del curso escolar y supondrá una notable mejora en el tráfico por vías como la Gran Via o las calles de Entença y Urgell, que durante el último año han soportado la presión de parte de los 80.000 vehículos que diariamente utilizan el flamante túnel. El nuevo tramo cuenta además con una nueva salida en la Diagonal, en el lado de Llobregat, y con un nuevo acceso en sentido sur en la calle de Sabino de Arana.

Además de la parte visible del nuevo túnel, durante las obras se ha construido en el subsuelo un enorme colector a la altura de la calle de Doctor Dolsa que puede llegar a almacenar hasta 52.500 metros cúbicos de agua en caso de lluvias torrenciales y que ya ha funcionado durante las tormentas que han afectado a Barcelona este verano.

El acto oficial de ayer se vio afectado por la sonora protesta de una cincuentena de vecinos de la Zona Franca. Pancartas, bocinas y silbatos en mano los vecinos reivindicaron equipamientos para la zona donde se construirán viviendas para jóvenes y manifestaron su oposición a la nueva ubicación del mercado de La Marina.

Para terminar la obra inaugurada ayer, sólo falta urbanizar la superficie de la cobertura, para lo que habrá que esperar al mes de febrero del año que viene.