Un cardenal inglés con acento sevillano
Una biografía y un curso de la Hispalense recuerdan a Nicolás Wiseman, el autor de 'Fabiola'
Cuando en una ocasión el rey Balduino de Bélgica visitó Sevilla quiso ver la calle Fabiola creyendo que le habían puesto ese nombre en honor a su mujer. Entonces, le explicaron que la calle estaba dedicada al cardenal Nicolás Wiseman (Sevilla, 1802-Londres, 1865), autor de la célebre novela Fabiola, y el monarca, sorprendido, preguntó: 'Ah, ¿pero Wiseman era sevillano?'. Además de convertirse en el primer arzobipo de Westminter, Wiseman es autor de la primera novela romántica sobre mártires romanos y catacumbas. Fabiola, publicada en 1855, fue un auténtico éxito que se tradujo a la mayoría de los idiomas europeos y precedió a otras obras como Ben-Hur, Quo Vadis o Los últimos días de Pompeya, todas llevadas al cine a lo largo del siglo XX.
Una biografía que prepara Antonio Garnica, traductor en España de la obra de Blanco White, y un curso de la Hispalense que comienza mañana rinden homenaje a Wiseman en el segundo centenario de su nacimiento. Además, la Fundación José Manuel Lara inaugura este mes su sede en la casa natal del clérigo y escritor.
'Es una figura universal, muy importante en la historia de la Iglesia', dice Garnica, catedrático de Filología Inglesa de la Universidad de Sevilla. 'Fue el primer cardenal inglés desde el comienzo de la Reforma anglicana en el siglo XVI. Son más de tres siglos sin cardenal en Inglaterra y Wiseman recupera la posición antigua, la plenitud, de la Iglesia católica en este país, ya que desde Enrique VIII fue barrida, y los católicos perseguidos'.
El traductor de Cartas de España, de Blanco White, está escribiendo la primera biografía en español del arzobispo, que publicará la Fundación Lara en el primer trimestre de 2003. 'Hay biografías muy buenas, pero las inglesas no atienden, porque no entienden, la parte hispánica de Wiseman, cuyo españolismo es evidente e influyó en su personalidad religiosa'.
En 1850, con la restauración de la jerarquía católica en Inglaterra, se crea la archidiócesis de Westminter, en Londres, y Wiseman es elegido por Pío IX como arzobispo de la nueva sede primada de Inglaterra. 'Cuando se recupera la diócesis, se inventa un nombre nuevo, Westminter. La anterior era Canterbury, pero para evitar problemas, se les deja a los anglicanos', continúa Garnica.
El primado de la Iglesia católica en ese país era hijo de comerciantes irlandeses establecidos en Sevilla, como Blanco White, a quien conoció. 'Se enfada mucho cuando éste se hace anglicano y empieza a escribir contra la Iglesia católica', añade. 'Se fue el mismo mes y el mismo año que Blanco White, en enero de 1809, porque los franceses entran en la ciudad el 29 de enero. Al ser los Wiseman irlandeses, se escapan. Todos los irlandeses con negocios se van, la mayoría a Cádiz, donde residirán durante la ocupación francesa de Sevilla', relata el profesor.
De Cádiz, en compañía de su madre y dos hermanos, viaja en barco al puerto inglés de Falmouth y de allí a Irlanda. Va estudiar a un colegio católico del norte de Inglatera, en Ushaw. 'Los ingleses tenían muy dominada Irlanda. Los católicos, salvo excepciones, no podían estudiar. Eran marineros, trabajadores del campo. Había una discriminación religiosa extrema. La restauración de la Iglesia significa que los católicos pueden vivir como ciudadanos', comenta el biógrafo.
Después, Wiseman estudia en el Colegio Inglés de Roma, donde vive 22 años. Políglota (hablaba ocho idiomas y fue catedrático de lenguas orientales), el cardenal era un hombre romántico. 'Vive la plenitud del Romanticismo y al igual que en el siglo XVIII los ilustrados escriben poesía o teatro, él como romántico escribe una novela'.
Cuando ya era obispo de Birmingham, vuelve a su ciudad natal a descansar. 'Se toma unas vacaciones de dos meses. Le gente se sorprende de oír hablar a un obispo inglés con acento sevillano. Su primer idioma fue el español. Es cuando le hacen el retrato que está actualmente en el ayuntamiento, de José María Romero, un retratista romántico de la burguesía'. La catedral de Westminter, en Londres, donde está enterrado Wiseman, se construyó en su memoria.
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