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Crítica:VIDEOJUEGOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Escapar o morir

Capturado por los nazis, el jugador debe escapar de un campo de prisioneros en la II Guerra Mundial

Escapar cueste lo que cueste. Muchos prisioneros de guerra tienen esta única obsesión. Codemasters toma esta necesidad vital y la ha plasmado según su interpretación en WWII: Prisoner of War. No es un tema nuevo en el mundo del videojuego. Al igual que en el cine con películas como Evasión o victoria, por los antiguos ordenadores pasaron juegos como The Great Escape con un planteamiento muy similar al título que nos ocupa. El protagonista es capturado y encerrado en un campo de prisioneros de guerra del que se debe evadir sin dejar la piel en el intento. Durante su confinamiento deberá acatar las reglas oficiales y personarse en los recuentos de prisioneros entre otras cosas. También deberá adaptarse a la ley del campo de prisioneros, donde la lealtad escasea y la moneda de cambio son los cigarrillos o el coñac.

WWII: Prisoner of War

Desarrolla: Codemasters Distribuye: Proein Plataformas: PlayStation 2, Xbox, Windows Género: Aventura Edad recomendada: Todos los publicos Precios: 64,95 euros, 69,95 euros Internet:www.codemasters.com/pow/

Interpretando al capitán Lewis Stone, el jugador caerá en las redes nazis tras ser derribado por el fuego antiaéreo durante una misión de reconocimiento sobre el campo de Stalag Luft.

Como oficial, será trasladado a un campo donde el trato es inhumano. Sin embargo la sed de libertad combinada con el sentimiento por el deber de defender Europa de nuevo desde el bando aliado, le empujarán a intentar evadirse usando los recursos que estén a su alcance.

La acción transcurre en campos de prisioneros realizados en tres dimensiones por los que el jugador podrá mover libremente a Stone observándole desde un punto de vista en tercera persona. Un oficial alemán se encarga de dar las instrucciones iniciales para que quede bien claro que deberá formar para el recuento matutino y nocturno y que espera no encontrarle fisgoneando en la enfermería cuando se suponga que debería estar almorzando en el comedor. Un reloj en la parte superior izquierda se encarga de recordar cuál es la próxima actividad en el campo y cuánto tiempo falta para su inicio. Si ningún guardia ve al protagonista en un sitio no permitido, éste puede hacer de su capa un sayo pues no se le echará en falta por no acudir a la comida. Sin embargo, en caso de no estar durante un recuento se inicia una exhaustiva búsqueda que seguramente acabará dando con los huesos del osado capitán en el calabozo por un par de días. Estas capturas reducen la puntuación. La violación de otras normas, como la de no cruzar la línea que separa el campo de la valla exterior, comportan reacciones más violentas por parte de los guardias, quienes dispararán sin dudarlo ni un instante.

El camino a seguir lo marcan los demás prisioneros. Hay que hablar con ellos para averiguar las posibilidades de escape, la rutina de los guardias, la forma de sobornarles, cómo conseguir moneda de cambio, etc...

Así se obtienen objetos comunes muy valiosos en una situación de este tipo. Merece la pena arriesgarse a pasar por el calabozo por robar de la enfermería un poco de chocolate y alcohol. Este material se intercambia por un bote de betún para embadurnarse la cara y pasar desapercibido por la noche. El juego es muy lineal y, aunque sigue siendo entretenido, no deja volar libremente la imaginación del jugador que deberá seguir las instrucciones que reciba de los otros prisioneros.

Todo vale con tal de no ser capturado. Observar a través de la cerradura para cerciorarse de que no hay un guardia, esconderse bajo la cama, guardar objetos para no perderlos en caso de ser descubierto, golpear en la pared para llamar la atención de los celadores y despistarles por un momento y muchas otras acciones que tendrán al jugador preso, y nunca mejor dicho, del juego para descubrir cuál es el mejor método para conseguir su objetivo.

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