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La juez abre juicio contra un profesor por el accidente de la riera de Merlès

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vic (Osona) ha abierto juicio oral contra un profesor y el dueño de una casa de colonias a los que acusa de homicidio imprudente por la muerte de dos niños cuando realizaban una actividad en la riera de Merlès, mientras que ha exculpado a los tres monitores. En la misma resolución, la magistrada declara la responsabilidad civil subsidiaria del colegio y de la Asociación de Padres y Madres (AMPA) y exige a sus compañías aseguradoras el pago de una fianza civil provisional de 60.000 euros, que se añadirán a los 187.000 euros ya consignados en el juzgado por este caso.

La juez ha exculpado a los tres monitores que acompañaban a los menores al considerar que se limitaron a cumplir las instrucciones dadas por el profesor del colegio Badalonés Joaquín S. B. y de Joan Carles S. L., el dueño de la casa de colonias Can Curtius, de Lluçà (Osona), en la que se alojaron 42 escolares. La instructora dice que los monitores carecían de titulación alguna, pero precisa que 'no crearon ningún riesgo jurídicamente desaprobado o superior al permitido en ninguna de las acciones relativas a la organización de la excursión'.

El fiscal solicita penas que suman cuatro años de prisión para el profesor y el dueño de la casa de colonias, mientras que la acusación particular, en nombre de las familias de Cristian Rodríguez y Alba Muñoz, los dos niños de 10 y 11 años que murieron ahogados en la riera, acusó a los monitores y pidió para ellos un año de prisión. En cuanto a las indemnizaciones a los padres de los niños fallecidos, el fiscal pide 150.601 euros para cada familia, mientras que la acusación particular solicita hasta 450.000 euros. El abogado de los padres, Mario Gómez, recurrirá ante la Audiencia de Barcelona la exculpación de los monitores.

La juez responsabiliza al profesor de educación física y al dueño de la casa de colonias porque 'ni el material empleado era el adecuado, ni la actividad era aconsejable para niños de 8 o 9 años en las circunstancias en que se llevó a cabo'. Agrega que se programó una actividad 'peligrosa sin adoptar las necesarias medidas de seguridad, atando a mano y con solo la ayuda de su fuerza (del dueño de la casa) la cuerda que sostenía a los niños y que se hundió'. Por su parte, la responsabilidad del profesor radica, según la juez, en que sólo informó a los padres, en una reunión previa, de que una de las actividades sería atravesar una riera de un 'palmo de profundidad'.

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