Argentina da el golpe de riñones
El conjunto suramericano, finalista tras imponerse a Alemania cuando parecía perdido
Un golpe de riñones en el último arreón, un sobreesfuerzo épico cuando ya todo parecía perdido, dio a Argentina el pase a la final de un torneo en el que no se tenía noticias de ella desde que lo ganara la primera vez que se organizó, en Buenos Aires 50. A Alemania, todavía con menos pedigrí, le quedará la inmensa amargura de haber perdido una oportunidad de oro porque dominó casi todo el tiempo.
Alemania llevó el partido a su terreno, con ataques largos y una minuciosa selección del tiro. Eso le permitió anotar con frecuencia desde más allá de la línea de los 6,25 metros. Y en los libres fue implacable: 14 anotó sin un fallo en la primera parte. Dos datos más acabaron de ponerle cuesta arriba la cita a los argentinos. Después de la fase de tanteo (11-16), los alemanes demostraron lo equivocados que están quienes piensan que su potencial se reduce a Nowitzki. Al jugador de los Mavericks de Dallas le costó entrar en calor y fue sustituido. No importó. Fue entonces, sin él, cuando Alemania tomó el mando. La capacidad de sus bases, Demirel y Pesic, y la facilidad de un pívot como Okulaja para lanzar desde media y larga distancia llevaron por la calle de la amargura a los suramericanos.
ALEMANIA 80| ARGENTINA 86
Alemania: Demirel (17), Garris, Nowitzki (24), Okulaja (18), Femerling (3); Pesic (10), Arigbabu (0), Nikagbatse (0), Rodl (2) y Lutcke (6). Argentina: Sánchez (3), Ginobili (9), Sconochini (18), Oberto (16), Wolkowiski (4); Scola (7), Montecchia (10), Nocioni (7), Palladino (9), Victoriano (0) y Fernández (3). Árbitros: Rems (Eslovenia) y Santos (Brasil). Unos 5.000 espectadores en el pabellón Conseco Fieldhouse.
Sconochini y Ginobili habían empezado rompiendo la defensa germana con penetraciones dentro de la zona. En una, Ginobili, el líder de su selección, ya fichado por los Spurs de San Antonio, se lesionó en un tobillo y ya no pudo volver a la pista.
Argentina salvó los muebles como pudo hasta que, en ese final agónico, se mostró mucho más certera e implacable en la defensa. Nowitzki, que acabó con una deficiente serie de ocho canastas de 32 lanzamientos, sólo pudo anotar dos puntos en los últimos seis minutos y la calidad alemana ya no dio para más frente al ímpetu argentino, encabezado por Oberto y Sconochini.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.