El desplome bursátil y los resultados debilitan la presidencia de France Télécom
Michel Bon, presidente de France Télécom, se encuentra cada vez más debilitado al frente del operador de telecomunicaciones, cuyo título se vio castigado ayer con una pérdida del 11,40% en la ola de pánico desatada después de que el diario económico La Tribune anticipara una pérdida histórica del operador de telecomunicaciones, cifrada en más de 10.000 millones de euros para el primer semestre del año. El Ministerio de Economía anunció 'medidas de apoyo' al grupo empresarial -el Estado controla aún el 55,4% de su capital- antes de que se publiquen las cuentas, del próximo día 12.
La prensa francesa cita el nombre de Bon entre los presidentes de empresas públicas cuya cabeza terminará en la guillotina, como coletazo del cambio de poder político originado por la victoria electoral del centro-derecha. Sin embargo, el presidente de France Télécom fue nombrado en 1995, antes de la instalación del Gobierno de Lionel Jospin, y no se le considera una persona de izquierda. Su suerte parece ligada a la desconfianza del mercado hacia los patrones de los operadores de telecomunicación que, como ya ha sucedido en Deust-che Telekom o el holandés KPN, se han visto derribados por su estrategias en la nueva economía.
El operador francés ya introdujo depreciaciones de activos en 2001 para limpiar unas cuentas que recogían empresas adquiridas a precios muy elevados en plena 'burbuja Internet', lo cual le llevó a declarar una pérdida neta de 8.280 millones de euros en ese ejercicio. Superar esa cifra en sólo un semestre enloquece a los inversores.
El apoyo a France Télécom, expresado por Economía, sólo permite ganar tiempo. La acción cerró ayer a 10,18 euros, lo cual implica una pérdida del 75% desde el comienzo del año. Ni el grupo ni el Gobierno precisaron en cómo serán las 'medidas de apoyo', que podrían ir desde la garantía del Estado a los préstamos que necesite, hasta un aumento de capital.
Lastrado por un endeudamiento de 70.000 millones de euros, los analistas estiman que France Télécom necesita 15.000 millones de euros, que el Estado debería suscribir en gran parte, si la vía elegida fuera la ampliación de capital. Un esfuerzo terrible, en el momento en que el Gobierno tiene serias dificultades para cerrar el Presupuesto de 2003.
Michel Bon se mantuvo ayer en silencio. Uno de sus portavoces precisó que 'los resultados operativos del primer semestre son buenos' y que la amplitud de las pérdidas netas dependerá de la decisión respecto a MobilCom, el operador alemán en el que France Télécom tiene que decidir si toma el control total o vende su participación del 28,5%, en medio de un conflicto envenenado con el operador alemán.
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