Memorial de agravios
Ha tenido esta columna cinco semanas de asueto -la última, por exigencias de la paginación veraniega- y conviene hacer recuento de las quejas recibidas en este tiempo, un memorial de la mayoría de los agravios que han sentido los lectores.
El más importante es irreparable y muy ajeno a la voluntad del periódico: la muerte de Luis Carandell. El sábado 24 de agosto llamó a la redacción para anunciarlo -'estoy en las últimas'- y para avisar de que interrumpía su colaboración. Dejó un portillo abierto a la esperanza -'si mejoro...'-, pero el redactor que habló con él supo que se trataba de un formulismo y que llamaba para despedirse y anunciar el final.
Vayamos a lo que pudo tener remedio. La mayor protesta entre el 22 de julio y el viernes pasado la ha originado un texto de Ignacio Carrión, publicado el domingo 18 de agosto, con el título La incursión manchega.
Siete lectores se han dirigido al Defensor. Todos coinciden en sentirse humillados y ofendidos por la imagen que se ofrecía de Albacete y de sus vecinos.
La ortografía ha sufrido algún ataque de importancia en estas semanas. La i griega y la elle han salido mal paradas.
Tres lectores se han quejado de que el 20 de agosto Aurelio Martín escribiese sobre una 'hoya' de legumbres y les despistase cuando lo que quería contar está referido a una olla de judiones. El día 18, en la sección de Economía se aseguraba que 'las compañías tradicionales se hayan en plena crisis', pero lo correcto es que las tales compañías se hallan en esa tesitura.
La elle más sonada de las vacaciones la introdujo Elvira Lindo en su Tinto de verano con un repetido 'pollete' para referirse al poyete donde su santo descansa las posaderas.
Pero la autora tuvo la habilidad y la cortesía con los lectores de dedicar una columna entera a cantar la gallina y disculparse. Luego, con ironía, ha seguido recordando el error en varias ocasiones.
Pero lo que más importa en esta columna es que Elvira Lindo no tendría por qué haberse retratado ante sus seguidores si la labor de edición del periódico hubiera sido correcta y se hubiese detectado la falta cuando llegó el original. Lo mismo vale para todas las faltas de ortografía que se publican, como un doble 'transplantes' publicado con la firma de J. J. Millás. Es posible que no haya un solo escritor o periodista al que no se le haya escapado un error ortográfico. Lo preocupante es que fallen todos los diques para evitar que llegue al lector.
Dos de ellos aseguran que están ofendidos por la mención de Millás al nombre propio de Borja, para referirse irónicamente al supuesto nombre de un personaje anónimo que citaba en una de sus columnas. Uno de esos lectores llamó por teléfono, el otro firmó con sus apellidos y, por supuesto, se llama Borja.
La publicidad también ha merecido la atención de los lectores. Más de una veintena de entre los del digital se han sentido molestos porque al iniciar la sesión suena, de vez en cuando, una melodía.
El Defensor deja constancia de la queja, pero debe advertir de que es práctica muy generalizada entre las ediciones digitales de los periódicos más prestigiosos.
Otros cuatro lectores le reprochan al periódico que publicase la publicidad de un automóvil, a toda página, en la que se jugaba con la idea de una brutal agresión y de un suicidio que, según se sugería, podrían haberse evitado si las víctimas hubiesen comprado el coche del anuncio.
Una lectora que aseguraba hablar en nombre de varias personas se quejó telefónicamente de la serie de dibujos de Máximo, durante el mes de agosto, con desnudos femeninos, por considerarla sexista.
¿Sesgo partidista?
El 19 de agosto se publicó una información, firmada por Francisco Mercado, titulada La banca ha perdonado a los partidos deudas por más de 19 millones de euros en tres años.
El texto se apoyaba en el informe del Tribunal de Cuentas sobre el ejercicio de 1999, año en el que algunas entidades bancarias condonaron el pago de determinadas cantidades a los partidos nacionalistas vascos PNV y EA.
Al final del texto se añadía que durante el año 1998 el PSOE, según anteriores informes del mismo tribunal, se vio favorecido con la condonación de 5,8 millones de euros y que en 1997 'fue uno de los partidos más favorecidos'.
Un lector ha querido ver en esta información un sesgo partidista y se pregunta cómo es posible que se deje para las últimas líneas la mención al partido socialista y que no se especifiquen las cantidades concretas de 1997.
Mercado ha ofrecido una aclaración que al Defensor le parece aceptable y que se recoge aquí como explicación de por qué se publicó la información:
'La noticia', dice su autor, 'se centraba en el último informe del Tribunal de Cuentas sobre contabilidad de los partidos, referido al año 1999. En ese ejercicio sólo dos formaciones políticas se beneficiaron de una condonación de la deuda bancaria: EA y PNV. Sin embargo, recuperamos y mencionamos dos informes anteriores que ya fueron noticia en su día para dejar patente que ni era una práctica inédita ni se ceñía sólo a PNV y EA'.
'Los partidos citados en los informes previos de 1998 y 1997', añade, 'entre ellos el PSOE, figuraban al final de la información porque no constituían la noticia, sino que se mencionaron como mero antecedente para dar un contexto histórico al último informe'.
Además, junto a la información se publicó un cuadro en el que 'se citaba a cada partido con su deuda y, en su caso, aclaraba qué parte estaba vencida y cuál condonada'.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonearle al número 913 377 836.
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