Pedrosa estira el cuello

'Créanme, el bueno es Pedrosa'. Esta frase no tendría mayor trascendencia si viniera de uno de los muchos admiradores que tiene el joven piloto de Sabadell (Barcelona). Pero resulta que es la que acostumbra a recitar el mismísimo Valentino Rossi cuando se le interroga sobre el corredor del futuro. Así que habrá que coincidir en que el comentario va a misa. Y más aún si Pedrosa, de 16 años, se empeña en dar la razón al mejor de los que en el mundo existen.

Eso hizo ayer. En una actuación deslumbrante, el español alcanzó la segunda plaza y consiguió 20 puntos de una importancia capital. Por si había alguna duda, es desde ayer firme aspirante a lograr el título mundial de los 125cc. Porque a su segundo puesto se unió el quinto del sanmarinés Manuel Poggiali, el líder de la clasificación general, lo que ha colocado al vallesano a sólo 11 puntos del más cualificado aspirante al triunfo. Pero Pedrosa tiene mucho que agradecerle a otro niño, a Héctor Barberá, de 15 años, que ejecutó una carrera memorable. Cuarto quedó el chaval, superando incluso a Poggiali.

La prueba fue espectacular de principio a fin. Tanto que hasta ocho pilotos entraron en la última vuelta con aspiraciones a la victoria. Y en la llegada, entre el primero, Lucio Cecchinello, y el octavo, Álex de Angelis, sólo hubo un segundo de diferencia. Fue a pocos metros de la meta donde Pedrosa, en el más difícil todavía, rebasó a Arnaud Vincent, se hizo con un segundo puesto impagable y demostró, por si hacía falta, que Rossi no se equivoca.