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Entrevista:MIGUEL ÁNGEL VÁZQUEZ | Secretario del Seminario del Campo Freudiano

'Hay muchos famosos que se beneficiarían de una terapia de psicoanálisis'

Miguel Ángel Vázquez, de 44 años, es psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis; y secretario del Seminario del Campo Freudiano en Valencia. Considera que esta terapia es un instrumento válido para reintroducir el concepto de la responsabilidad en las personas, 'en declive en el mundo contemporáneo'.

Pregunta. ¿Qué es el psicoanálisis?

Respuesta. Es una forma de abordar los problemas. Tiene de particular que está basado en la hipótesis del inconsciente, es decir, en la idea de que uno no es lo que cree ser. En otras palabras, que hay algo de lo que dirige la vida de una persona que fluye de forma desconocida, pero que tiene efectos directos en su vida.

P. ¿Qué aporta esta técnica que no aporten otras?

R. Si uno tiene ansiedad o depresión, por ejemplo, se le puede tratar directamente o también analizar lo que la ha causado. Quiero decir que si lo reduces todo a tratar el síntoma en su punto último sin tomar en cuenta lo que lo causa y la función que tiene para quien lo padece, se puede reproducir o desplazarse y crear otros problemas más graves. El psicoanálisis permite ir al origen y encontrar soluciones particulares.

P. ¿Es muy laborioso el proceso?

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R. Es y no lo es. Es costoso porque supone un trabajo para el propio sujeto al hablar sobre él mismo. Pero no es complicado porque permite desentrañar partes de uno mismo que posibilita modificar la relación de una persona con su vida y con sus formas de satisfaccción.

P. ¿Cuáles son los problemas que se tratan más?

R. En la modernidad, con el desarrollo de la ciencia y de la técnica se ha producido una modificación de lo que sostenía a cada individuo y los valores de la sociedad. En el siglo XIX la ley, el padre, la familia eran lo que ordenaban todo. Su pérdida ha desembocado en una dispersión, una falta de puntos de referencia, representada por los objetos de consumo. Cada objeto propone el encuentro con la satisfacción, que nunca llega y que se trata de suplir por otro objeto. Hay una nueva serie de sintomatologías en los jóvenes relacionadas con esta situación, nuevas enfermedades, nuevas formas de congregarse y reunirse que ya no es la familia: los grupos que se organizan alrededor de un solo elemento, como las marcas, un tipo de estupefaciente o de música. El psicoanálisis tiene algo que aportar en todo esto.

P. ¿En qué sentido?

R. Los sujetos se convierten en objetos y esto lo vemos en la televisión, hay personas que son tomadas como objeto de observación, o que son consumidos y después desaparecen. A otro nivel esto se observa también en la medicina en la medida en que se encuentra actualmente, dicho no como crítica, del lado de la ciencia y la técnica; y el enfermo se ha convertido más en objeto. Hay enfermos que no evolucionan pese a que hayan salido bien de una operación porque se olvida la vertiente subjetiva. El hecho de ser tratados como objetos les hace desvincularse, desresponsabilizarse de sí mismos y no colaboran para poder salir.

P. O sea que va más allá de la clásica consulta del diván.

R. Hay dos vertientes del psicoanálisis. Una es la terapia pura, la tradicional del diván, que ayuda a identificar a una persona aquello que dirige su vida. Esto le permite posicionarse respecto a lo que es imposible de cambiar y modifica su forma de relacionarse y de satisfacerse. La otra es el psicoanálisis aplicado a la terapéutica, que toma en cuenta la vertiente subjetiva que queda fuera en el discurso de la ciencia y lo aplica a situaciones cotidianas ya sea en niños -hiperactividad, tratar a los niños extraños de las escuelas- o en los hospitales, en los nuevos síntomas como las adicciones, la anorexia o la bulimia o nuevos problemas relacionados con las relaciones amorosas o la sexualidad. Aplicado a la terapéutica, el psicoanálisis permite reintroducir la idea de la responsabilidad. Propone que el sujeto se haga cargo de lo que hace, señala que no puede hacer cualquier cosa. Reintroduce la dimensión de la responsabilidad subjetiva, el todo no es posible. Y también plantea la necesidad de inventar nuevos dispositivos que permitan anudar, hacer lazos sociales y acotar espacios que con la homogeneización generalizada se van borrando.

P. ¿A qué persona famosa aconsejaría un psicoanálisis?

R. El psicoanálisis es una decisión muy particular. Psicoanalizables somos casi todos, siempre hay algo que cojea en el ser humano, pero para poder analizarse hace falta tomar la decisión. En todo caso, hay muchos personajes de la vida pública que podrían beneficiarse de una terapia de este tipo.

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