Piedras señalizadas para seguir el rumbo
La nueva marcación de más de 100 kilómetros de senderos de la región permitirá a los excursionistas orientarse con facilidad
Cuatro jóvenes se perdieron el domingo en el Risco del Yelmo, en la Pedriza. El susto se les pasó cuando el lunes les encontró el Grupo de Rescate de Altura de los Bomberos. Llevaban mapa, pero no brújula. Quizá no hubieran perdido el rumbo si el sendero por el que caminaban hubiese estado bien señalizado. Si estos cuatro excursionistas tienen valor para volver a intentar un periplo parecido, aun sin llevar brújula, seguro que no volverán a perderse.
La Fundación para la Investigación y el Desarrollo Ambiental (FIDA) y la Federación Madrileña de Montañismo (FMM) han firmado un convenio para señalizar más de cien kilómetros de senderos que transcurren por la región. Primero se revisarán los caminos para conocer el estado en el que se encuentran, y luego se procederá a poner las señales, pintadas con colores, en árboles, piedras y en el suelo.
Las marcas tienen que repintarse para evitar que los marchadores tracen rutas paralelas
Los senderos, que ya están siendo estudiados, son los conocidos como PRs (pequeño recorrido) y GRs (gran recorrido). Están incluidos en el proyecto los PR 3 (Pico Peñalara-La Granja) y PR 15 (Puerto Cotos-La Granja), que transcurrren por tierras madrileñas y también segovianas.
En cuanto a los que pasan por la Comunidad de Madrid, se revisarán el PR 1 (Circular de la Pedriza), PR 4 (La Mujer Muerta), PR 13 (Sierra de La Cabrera), PR 14 (Sierra de Patones), PR 16 (Sierra de los Porrones) y PR 17 (valle de la Barranca). También se llevará a cabo la señalización del tramo de la senda GR 88, comprendido entre Puebla de la Sierra y Loma de las Guijas.
Estas rutas en realidad ya están señalizadas, pero el continuo paso de personas y los cambios que a veces sufre la propia naturaleza borran las señales que indican el camino a seguir, por lo que es necesario cambiarlas y repintarlas cada tres años, aproximadamente.
El objetivo de esta iniciativa no es sólo que los excursionistas no se pierdan con las señales de colores llamativos que indican el camino y las aspas que prohíben las rutas alternativas. Según explica Javier Conde, director gerente de la FIDA, los dos organismos que han firmado el convenio pretenden evitar que los senderistas 'creen rutas paralelas a los trazados', lo que provoca un fuerte impacto en la naturaleza. 'También queremos animar a los madrileños', añade Conde, 'a que se acerquen a conocer la rica naturaleza que hay en la región'. La recomendación principal que da Javier Conde a los senderistas es que se calcen unos zapatos cómodos y, que con 'ánimo sereno', sin otro medio de locomoción que sus propios pies, paseen por las rutas trazadas. 'Queremos que los excursionistas sepan que la naturaleza de Madrid, que está muy cerquita de la ciudad, es muy rica y variada'.
Los que se acerquen a alguno de estos senderos podrán disfrutar de lo que el director gerente de la Fundación para la Investigación y el Desarrollo Ambiental define como 'los paisajes sonoros': 'Durante la ruta, hay que pararse a escuchar los sonidos de la naturaleza, mirar el cielo y disfrutar de él'. Una mirada por encima de las cabezas permitirá a los excursionistas descubrir el vuelo del águila real, de la imperial o de los buitres que anidan en la región.
Para que los caminantes sepan antes de comenzar su ruta qué pueden ver o por dónde podrán ir, no sólo podrán seguir las señales. La FMM y la FIDA, creada en 1992 por la Comunidad de Madrid y dirigida por el consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo Poch, están elaborando folletos explicativos dedicados a los valles de La Barranca, Abantos y Fuenfría; a las sierras de Los Porrones, La Cabrera y Patones; y a las grandes travesías de La Mujer Muerta, La Cuerda Larga y El Puerto de Malagosto.
Los impresos informarán de cómo han surgido esas rutas o qué curiosidades y especies de plantas y animales se pueden encontrar por el camino. De cada folleto se editarán 2.500 ejemplares, que se distribuirán entre las más de 7.000 personas que practican el senderismo cada año en la región, sobre todo en los meses de primavera y verano, según datos proporcionados por la Federación Madrileña de Montañismo.
Para hacer senderismo y conocer el medio natural lejos de la contaminación y los ruidos propios de una gran ciudad no es necesario estar en forma, porque no es un deporte de riesgo ni que requiera de mucha energía como, por ejemplo, la escalada o el alpinismo, según explica Javier Conde.
Eso sí, es imprescindible ir cómodo, tranquilo, seguir las señales y llevar los folletos informativos. Aunque no estaría de más llevarse también una brújula. Por si acaso.
Caminos con mucha historia
El senderismo y el montañismo no es algo surgido a finales del siglo XX. La Asociación Montañeros Madrileños y el Club Alpino Madrileño organizaron el pasado mes de julio una excursión para conmemorar una que hicieron profesores de la Institución Libre de Enseñanza y algunos alumnos en 1883. Uno de los promotores de esa excursión fue el profesor Francisco Giner de los Ríos. De aquella experiencia quedan algunos recuerdos, como el diario de los primeros días de viaje. El día 14 de julio de 1883, el grupo partió en tren hasta la estación de Villalba, pueblo en el que pernoctaron, y al día siguiente pasearon por el puerto de Navacerrada, el alto de las Guaramillas y el puerto de Cotos, entre otros. El grupo también visitó Segovia en días sucesivos. Un relato de esa excursión cuenta que se levantaban a las cuatro de la madrugada para continuar su pequeño viaje. Más de un siglo después, Montañeros Madrileños (91 518 70 72) organiza excursiones fáciles por la sierra de Madrid y su entorno para personas de todas las edades con la única condición de que vayan con ropa de abrigo en invierno y ligera en verano, y, claro, con botas de montaña.
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