Distintas fórmulas de pago
DECIDIDAS A COBRAR POR EL ACCESO a todo o parte del contenido que publican en la red, las compañías de medios de comunicación se enfrentan a las modalidades concretas de pago. El asunto está lejos de ser insignificante y, más aún, de ser resuelto.
La suscripción, una herencia de la prensa tradicional, es una opción cómoda para los que la ofrecen, pero el número de suscripciones que un internauta puede contratar es muy limitado. Por otro lado, el precio por artículo, tal y como lo cobran hoy en día, es demasiado costoso: en la red, un solo artículo del New York Times puede costar tres veces más que la versión impresa de todo el diario. Los micropagos (aquellos en centavos, en lugar de dólares) de los que tanto se ha hablado, parecen avanzar a un paso muy lento. Los dueños de los diarios se resisten y las compañías de tarjetas de crédito insisten en cobrar cargos demasiado elevados por cada transacción.
Los micropagos avanzan muy lentamente. Las compañías de tarjetas de crédito insisten en cobrar cargos demasiado elevados por cada transacción
Un solo artículo del 'New York Times' en su sitio de Internet puede costar tres veces más que la versión impresa de todo el diario.
La mayor dificultad, sin embargo, radica en todo lo que hay que hacer para poder realizar un pago, independientemente del monto. Este problema fue abordado en diciembre de 2000 por el consultor y analista Clay Shirky en un artículo que llamó mucho la atención. 'Los micropagos,' decía, 'consumen el esfuerzo mental del usuario al crear muchas pequeñas e impredecibles transacciones. Los micropagos, por ende, generan un sentimiento de ansiedad y confusión en el usuario'.
Una nueva propuesta está surgiendo. En junio de este año, Jimmy Guterman, editor de Media Unspun, un boletín informativo de circulación diaria, escribió en la revista Business 2.0 que los dueños de las publicaciones en línea deben 'unirse o morir'. Guterman los invita a 'formar redes para unir las funciones de negocios con las técnicas, bajo un mismo techo, permitiéndole a cada sitio enfocarse en lo que mejor domina: la producción de material que la gente quiere leer y discutir.'
Esta idea también es respaldada por Steve Outing, editor de la bitácora colectiva E-Media Tidbits, quien afirma en una entrevista por correo electrónico que 'básicamente, una 'red de contenido de primera' le permitiría al consumidor pagar un solo (y módico) precio a un solo proveedor para poder tener acceso al contenido 'exclusivo' de un gran número de sitios de Internet.' No se aplica obviamente a toda la Internet. Esas redes de contenido, sin embargo, se podrían constituir por temas como política estadounidense, tenis o cine español.
Esta modalidad ya se practica en la Internet 'para adultos'. Adultcheck.com, por ejemplo, permite el acceso a más de 350.000 sitios eróticos, o que pretenden serlo, en siete idiomas. A un nivel todavía microscópico, Qtik, una empresa lanzada en junio pasado, ofrece el mismo servicio para sitios de interés general. Si todos lo sitios adoptan el modelo de pago al mismo tiempo, insiste Outing, la mayor parte de los usuarios emprenderá la huída. 'El sistema colapsa en una situación como esta, donde existen tantos competidores. Tienen que agruparse si quieren sobrevivir.'
Como Shirky, Outing le da mucha importancia a la modalidad de pago. 'Cuando cada sitio requiere su propio pago para su contenido exclusivo, el pobre usuario de Internet tiene no sólo que estar haciendo diferentes pagos, sino entregando información personal constantemente, al llenar formularios, divulgar el número de su tarjeta de crédito, o ingresar una contraseña (que espera poder recordar) para cada sitio'.
Outing teme que este maravilloso 'escaparate digital y global de periódicos y revistas' que es la Internet desaparezca 'si en cada sitio de un diario o revista te encuentras bloqueado por una solicitud de suscripción. La alternativa está en que los periódicos lancen una red de contenido de primera; el usuario paga 9.95 dólares al mes y evita todas esas barreras de suscripción'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.